El balón parado sigue siendo un martirio para el Sevilla. El cuadro andaluz perdió una oportunidad de oro para tomar distancia sobre el descenso por culpa de su fragilidad en acciones de este tipo, una circunstancia que aprovechó muy bien Osasuna para rascar un punto buenísimo para sus intereses en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Son ya 16 goles entre todas las competiciones, 8 de ellos en el campeonato nacional de liga. Isaac Romero fue la luz de los de Nervión en pleno homenaje a los tres aficionados rojiblancos que perdieron la vida camino a Madrid: Antonio y sus hijos, Antonio y José. Ellos merecían una victoria de su club, que continúa bordeando la zona de descenso y dando mucha pena.
La confirmación
Después de vivir momentos muy emotivos con el homenaje a la familia González Morilla, el sevillismo se unió para intentar reconducir la situación de un equipo que está muy cerca del abismo. El cuadro andaluz llegó a la cita ante Osasuna 'tocado' tras 4 derrotas consecutivas en liga, una mala racha que sabía que tenía que cortar de raíz ante su afición. Dicho y hecho.
Los de Quique Sánchez Flores, tras un buen inicio de partido, metieron el miedo en el cuerpo a los 'rojillos', a los 5 minutos. Marcao metió un buen balón a Isaac Romero, que tiró un recorte a Catena en una baldosa y que sacó un disparo con la derecha que obligó a Sergio Herrera a intervenir.
Pese al susto, los de Arrasate no fueron capaces de replicar a un oponente que tenía en el hasta hace poco delantero del filial a su mejor baza. El de Lebrija, que subió al primer equipo el día 11 de enero, se confirmó en el Ramón Sánchez-Pizjuán al conseguir su primera diana ante su afición. El '20' volvió a insistir en una misma jugada en el 25' y esta vez sí acertó.
Acuña, que sacó de banda unos 6-7 metros más adelante de donde debía, buscó a su compañero, que volvió loco otra vez a su mismo marcador. Catena se comió otro recorte, esta vez con caño incluido, y vio cómo Isaac Romero le pegó con la derecha al palo izquierdo para abrir el marcador. Sergio Herrera solo pudo acompañar el esférico con la mirada.
Éxtasis para el ariete, que sumó su 4º tanto en 5 partidos con la primera plantilla. El futbolista, que llevaba este curso 11 goles con el Sevilla Atlético, mantiene el mismo nivel de confianza que con el filial. La réplica visitante llegó en forma de un robo cerca del área hispalense que Badé rechazó en última instancia.
Parecía que había algún atisbo de mejoría en Osasuna, que estuvo casi a punto de encajar el 2-0. Sergio Herrera evitó que se ampliarla la ventaja tras sacar el pie en las narices de Ocampos. Tras esa acción, los navarros espabilaron y el guion cambió por completo porque tuvieron el balón hasta la recta final del primer acto. Sin embargo, el marcador no se movió.
El maldito balón parado
Tras la reanudación, los navarros trataron de aprovechar que el Sevilla salió dormido y en cuestión de 10 minutos lograron su propósito. En el 55', un córner desde la derecha acabó en los pies de un solitario David García que chutó y que encontró a Budimir entre una maraña de rivales para empatar la contienda.
Enésima caraja defensiva a pelota parada de los hispalenses, que no terminan de arreglar sus males en este apartado. Si ya de por sí la situación era muy complicada, Sow, tras un choque con Ramos, tuvo que dejar el campo y Suso, ya en los instantes finales, dejó a su equipo en inferioridad numérica por un entradón al tobillo de Aimar Oroz.
Osasuna apretó en los últimos minutos para intentar llevarse el gato al agua, pero no encontró el camino hacia la victoria. Moncayola probó suerte con una volea al igual que Aimar Oroz, que buscó la rosca en un disparo que no cogió portería de milagro. 1-1 que mantiene al Sevilla en la zona baja a un solo punto del peligro. Los de Arrasate siguen afincados en la zona media.