Un punto más de crispación

Un punto más de crispación. Así, tal como suena. El Sevilla volvió a desaprovechar la oportunidad de reencontrarse con su afición y firmó el empate ante un Villarreal que dejó mucho que desear, pero que estuvo cerca de rascar los tres puntos en el tiempo añadido.

Los minutos iniciales no dejaron a ningún dominador sobre el terreno de juego. No obstante, fruto de lo que se jugaba, que eran mucho más que tres puntos, el conjunto de Diego Alonso dio un paso hacia adelante.

Pese a ello, las ocasiones brillaron por su ausencia y la sensación de superioridad del Sevilla quedó en vano en los metros finales. Sow tuvo una de las más claras en los primeros 45 minutos, aunque su disparo se estrelló en un defensor.

Apretó el cuadro hispalense en busca de un gol que le diese, al menos de forma momentánea, la tranquilidad antes del descanso. Ocampos le pegó a reventar a la pelota a escasos metros de la línea de gol y con Jörgensen en el suelo. Sin embargo, Foyth se lanzó sobre la misma línea y consiguió despejar la pelota. Sin duda, la más clara de toda la primera parte.

La segunda mitad comenzó con algo más de mordiente. Sin apenas tiempo para sentarse a los aficionados que se habían levantado de su asiento, Baena hizo el silencio en el Sánchez-Pizjúan. Pase al espacio de Pedraza para el '16'. Este remató a bocajarro, pero el meta metió la mano de forma crucial.

Quiso reaccionar el Sevilla, que hizo honor a la parte de su himno donde dice que nunca se rinde. Y eso fue de lo único que cumplió el conjunto andaluz esta noche, porque rendir, no se rindió.

No obstante, el Villarreal siguió haciendo mucho daño a la espalda de la defensa, gozando de varias ocasiones de gol. Así y otra vez por mediación de Baena, el 'submarino amarillo' pudo colocar el 1-0 en el electrónico en un mano a mano, aunque Dmitrovic le acabó ganando la partida con una salida efectiva, a la par de peligrosa.

La principal arma del Sevilla no fue otra que el colgar balones al área en busca de la cabeza de En-Nesyri o bien de los rematadores que entrasen desde segunda línea. Pues bien, en uno de esos intentos, los de Nervión encontraron su deseado premio.

Pedrosa metió un centro al corazón del área y Kike Salas se elevó con la misma fe que efectividad para conectar un cabezazo perfecto y colocar el 1-0. Pero si por algo se está caracterizando el Sevilla en esta temporada es por ser un auténtico polvorín. Apenas le duró la alegría al cuadro de Diego Alonso y Morales colocó el 1-1 tras un toque de Gudelj que le dejó la pelota en bandeja al 'Comandante'.

El partido entró en su recta final y fue un auténtico correcalles. Idas y venidas que acabaron con la locura, pero para el lado contrario. Ben Brereton pugnó con Kike Salas, se llevó la pelota y cruzó el balón para poner el 1-2 en el último minuto del tiempo añadido.

Sin embargo, Díaz de Mera fue alertado por el VAR por una posible falta del chileno. Algo que corroboró él mismo en el monitor y acabó invalidando la acción del gol. Se salvó el Sevilla 'in extremis', pero puso un punto más de crispación en una afición que está cansada del club de sus amores.