Un doblete de Iker Bravo plasmó en el marcador la superioridad del Real Madrid en casa del Union Berlin, ante un gran ambiente con 20.744 espectadores en las gradas, y dejó en bandeja el pase directo del equipo de Álvaro Arbeloa a los octavos de final, a expensas de que el Braga no venza por 8 tantos al Nápoles.
Con la misma autoridad con la que el cuadro blanco le endosó 6 a los 'partenopeos', salió victorioso de Alemania. Un paso al frente firme de los jugadores 'merengues' en el momento clave en el que se decidió el grupo. Con un último partido que comenzó decantando desde el inicio.
Se acababa de superar el minuto tres cuando el Madrid se sobrepuso al ambiente del estadio An der Alten Försterei, que llenó sus 20.000 asientos para contemplar el duelo entre los dos equipos juveniles. Con una subida del siempre profundo 'Yusi' en el lateral izquierdo, que encontró a Iker Bravo en la frontal, con la portería siempre en su mente. El control precedió a un derechazo ajustado al poste que adelantó al conjunto madridista.
Aguantó las oleadas del Union Berlin, impulsado por el aliento de su público, gracias a la firmeza de Álvaro González. Brillante en sus intervenciones ante Fiedrich y Kemlein con una gran estirada, ayudado por Manuel Ángel que sacó bajo palos el disparo de Kramer.
Pero el Madrid también perdonó la opción de sentenciar el duelo antes si no hubiese sido por el acierto del portero Stein. En un mano a mano y un testarazo lo tuvieron César Palacios y Hugo de Llanos.
Fue en el minuto 61 cuando, de nuevo el olfato goleador de Iker Bravo, cerró el triunfo 'merengue'. Tras una acción por la banda derecha de Fortea, con recorte hacia dentro y centro al área que enganchó de primeras el punta madridista. Sus celebraciones, a lo Bellingham, y con dedicación especial a Arbeloa que apostó por él en un momento en el que comienza a sentir la presión de tener que responder ante la apuesta del club blanco.
Los méritos en forma de gol de Iker Bravo, que bajó un escalón al juvenil para avanzar más pasos hacia el Castilla de Raúl González, dejan al Madrid en posición privilegiada, clasificado virtualmente a octavos de final de forma directa, como líder de grupo a la espera de que el Braga no logre una goleada histórica, y esquivando la fase de dieciseisavos.