Mestalla recuperó la sonrisa con su equipo. Los pupilos de Rubén Baraja volvieron a la senda de la victoria tras cuatro partidos sin hacerlo y, lo que fue aún mejor, lo hicieron dejando una sensación de superioridad pasmosa sobre el césped.
Los 'ches' comenzaron muy eléctricos en los primeros compases del duelo. Algo que no hizo un Cádiz apático y demasiado agazapado. Así, fruto de las distracciones y poca intensidad visitante, los locales se pusieron por delante en el marcador en el minuto 4.
Vio Amallah la entrada de Gayà desde atrás y le surtió un pase perfecto. El lateral, ante la salida de Ledesma, optó por la picadita y la pelota se fue al fondo de la red. Un tanto que no iba a hacer reaccionar a los de Sergio González, demasiado inconexos y generando muy poco arriba.
Fue entonces cuando, en el ecuador de la primera mitad, el Cádiz volvió a sufrir el segundo golpe. Esta vez no fue en forma de gol, pero sí de expulsión. Robert Navarro vio la roja directa. Tiró un caño, pero en el intento de recuperar la pelota que se le fue larga, acabó pisando con los tacos a Pepelu. No lo dudó ni un instante González Fuertes y el futbolista se marchó a las duchas.
Fruto del destino, el 2-0 llegaría apenas unos minutos después. Balón en largo para Correia, que controló a la perfección y puso el balón al corazón del área. Salió el esférico rebotado por un defensor y le volvió a caer al defensor, que intentó la frivolidad de rematar de rabona. Ledesma desvió, pero por ahí metió la cabeza Hugo Duro para colocar el 2-0 en el electrónico.
En la recta final de la primera mitad, el Valencia pudo aumentar su ventaja con dos ocasiones de Diego López y Gabriel Paulista. Sin embargo, el marcador no se movió más y los dos conjuntos encaminaron en destino a los vestuarios.
Sergio González movió el banquillo al término de la primera mitad en busca de soluciones y la verdad es que, aunque sea en el sentido de la imagen, el Cádiz comenzó mejor que al inicio del choque. Pese a ello, sus llegadas fueron siendo demasiado tímidas.
El problema de que el conjunto amarillo se animase en ataque es que dejó demasiados huecos atrás. Eso trató de aprovechar el Valencia al contragolpe, donde las bandas fueron una autopista infranqueable para los 'ches'. Aunque su eficacia también se vio influenciada y fueron menos efectivos.
El partido entró en terreno pantanoso y el fútbol, por así decirlo, desapareció. Lo intentó el cuadro andaluz, pero no fue capaz de superar a un Mamardashvili que apenas tuvo trabajo esta noche. Por su parte, los 'ches' controlaron la pelota, el ritmo del juego y las ocasiones, aunque no fueron capaces de ampliar su ventaja.
El encuentro entró en su recta final y ninguno de los dos equipos fue capaz de mover más el marcador. González Fuertes decretó el final del tiempo reglamentario y el Valencia materializó unos tres puntos que sirven de alivio tras reencontrarse con el triunfo. Por su parte, el Cádiz se mete en problema y suma una semana más sin ganar.