Gloriosa y ansiada salvación

El Alavés será equipo de Primera División en la 2025-26. Respiro de alivio para los 'babazorros', que se mantienen en la élite por tercer año consecutivo tras vencer por la mínima al Valladolid, en un encuentro que dominaron de principio a fin, pero donde la relajación final les pudo jugar una mala pasada.
Lo que se inició cuatro días antes venciendo al Valencia, se rubricó en Zorrilla ante un conjunto vallisoletano ya desahuciado y sin apenas tensión competitiva. Eso se pudo apreciar en los primeros compases del encuentro, donde los visitantes llevaron la batuta del juego.
Poco a poco, el Alavés fue cercando el trecho con la portería rival y fue gozando de las primeras oportunidades. Sin embargo, los de Coudet no estuvieron afortunados de cara a portería. Además, el Valladolid defendió muy junto y sin apenas dejar espacios atrás.
Superado el cuarto de hora, Tenaglia penetró en el área y Cenk, muy inocente, acabó llegando tarde y derribándolo. Díaz de Mera señaló la pena máxima y Kike García la transformó para comenzar a construir el objetivo.
Pese al marcador adverso, el cuadro pucelano no tuvo ninguna prisa en irse hacia arriba. Es más, la posesión de la pelota siguió siendo para los visitantes, mientras que la defensa del conjunto dirigido por Álvaro Rubio no pasó del mediocampo. Con esta tranquilidad pasmosa, los primeros 45 minutos llegaron a su fin.
La segunda mitad comenzó con mucha mesura. Sin sobresaltos ni mucho menos prisas. El Alavés quiso seguir siendo el dueño del balón, a lo que el Valladolid respondió con una férrea defensa. Pese a ello, los locales dieron un ligero paso adelante.
Con tímidos acercamientos, los blanquivioletas comenzaron a pisar el área rival y a probar a un Sivera que, hasta ese momento, había sido un mero espectador. Tuvo el empate Moro, pero su chut se perdió fuera.
El juego por banda comenzó a ser el mejor aliado para el Valladolid. Moro demostró por qué había sido lo único salvable en la temporada de su equipo y, con cabalgadas infinitas, consiguió meter varios centros al área, los cuales se quedaron sin rematar ante la falta de efectivos en la zona.
El partido entró en su recta final y el nerviosismo se apoderó del Alavés. El exceso de relajación de los de Coudet comenzó a generarle problemas, muy inquietos y con sucesivos errores en las marcas. Así pues, la más clara del Valladolid llegó en el 82', con un disparo a bocajarro de Latasa, mal ejecutado, flojo y desviado, que se perdió por línea de fondo.
Pese a las respuestas del Alavés, la realidad es que el Valladolid se lo estaba creyendo. La entrada de Iván Sánchez aportó frescura a los de Álvaro Rubio y el joven Arnu dejó destellos de su calidad y, al menos, de sus ganas. Sin embargo, como a lo largo de toda la temporada, el Pucela no tuvo suerte y no fue capaz de igualar la contienda.
Díaz de Mera decretó el final del partido y el Alavés festejó su permanencia matemática a falta de una jornada. En el otro lado, el Valladolid sumó una nueva derrota, la 29ª de este curso, igualando así la peor campaña en cuanto a derrotas se refiere de la historia de la Liga (el Sporting de Gijón, en la 1997-98). Solo lleva un punto en toda la segunda vuelta. Un drama que refleja el año catastrófico de los pucelanos, tanto deportiva como institucionalmente.