Cara de campeón

Sin rodeos ni medias tintas. Al Liverpool se le está quedando una cara de campeón que no puede con ella. Arne Slot ha confeccionado una idea que domina, aplasta y hunde a cada rival que se antepone en su camino. El West Ham fue su última víctima del 2024 con un 0-5 contundente en la jornada 19 de la Premier League. A falta del derbi de Merseyside ante el Everton, los 'reds' decoran la primera vuelta con 14 victorias en 18 encuentros. 45 puntos de 54 y con 8 de margen sobre su perseguidor: el Nottingham Forest. Precisamente, el único capaz de tumbar al líder y en su casa.
Ya no es solo la superioridad que dibuja. Que también. Ya no es solo que maneja todos los registros del juego. Que también. Ya no es solo que le falte un contrincante que siga su estela en la clasificación. Que también. Son tantos argumentos a su favor que, a este paso, el título será un mero trámite en los próximos meses. Mohamed Salah es el mejor futbolista de la temporada en Europa y Cody Gakpo enseña la maestría que una vez iluminó a Países Bajos. Ya hasta Trent Alexander-Arnold manda indirectas, Luis Díaz luce de '9' y Diogo Jota aprovecha su oportunidad viendo puerta.
Es casi insultante la perfección que demuestra el proyecto de Arne Slot allá donde va. En cada partido. En cada disputa. En cada instante en el que le da por correr al contragolpe. Hasta el nivel de que no necesita ni suerte para decantar los encuentros. Y eso que la santa fortuna le sonrió en el 0-1 de Luis Díaz. El colombiano quiso asociarse con Curtis Jones en la cercanía del área. Sin querer, Vladimir Coufal prolongó la entrega y habilitó al '7', quien regresó a la titularidad entre pompas de jabón. Definición por bajo y a placer para engañar a Alphonse Aréola. Era cuestión de tiempo.
El guardameta francés mantuvo el 0-0 durante media hora gracias a la mano milagrosa que le sacó a bocajarro a Mohamed Salah nada más arrancar. El delantero egipcio da para escribir una crónica aparte. Se agotan los calificativos para describir la trascendencia de la estrella de los 'reds' esta temporada. Va a ritmo de hacer historia en lo que a las estadísticas se refiere. Y si ya le da por romper la cintura de Konstantinos Mavropanos con un mísero control orientado, apaga y vámonos. El que aprovechó para regalarle el pase de la muerte a Cody Gakpo. 0-2 y silencio sepulcral en Londres.
Una distancia que le dolió al West Ham. Porque Mohammed Kudus se encontró con el palo en la más clara de los 'irons' y Alisson Becker tapó el cabezazo de Lucas Paquetá. Hasta que volvió a iluminar el camino del Liverpool el mejor futbolista de la temporada en el Viejo Continente. Cierto es que, en este caso, Alphonse Aréola pudo hacer más. Curtis Jones desplazó hacia la presencia del '11'. El que la pisó, engañó al arquero con su movimiento y mandó el 0-3 hacia su palo. Visto para sentencia al descanso a favor de un líder que contaba 45 puntos de 54 posibles. Estratosférico.
Y para sorpresa de nadie, la reanudación contó la misma historia. Julen Lopetegui agitó su árbol con las entradas al descanso de Jean-Clair Todibo y Niclas Füllkrug. Modificaciones con las que intentó no pensar tanto en el rival y centrarse en exprimir sus propias virtudes. Lejos de ello, su portero apareció por enésima vez para amargarle el mano a mano a Mohamed Salah. El que, apenas segundos después, aprovechó otra entrega al espacio de Alexis Mac Allister. Esta vez, apostó por su derecha y el remate no creó ningún peligro sobre las mallas de su oponente. Marcador incluso corto.
De eso se encargó Trent Alexander-Arnold. Con Jarell Quansah en liza por la lesión de Joe Gomez, una jugada trenzada colocó la redonda en el dominio del '66'. Desde su casa, no se lo pensó demasiado. Catapultó el latigazo que impactó en la cabeza de Max Kilman, desvió la trayectoria, engañó a todos los presentes y reposó en el fondo de la red. 0-4 y martillazo letal sobre el ánimo de los anfitriones. Para golpe y declaración de intenciones, la celebración del futbolista cuyo futuro se vincula con el Real Madrid en la rumorología. Queriendo decir algo del estilo "que hablen, que hablen".
Con la contienda 'terminada', Arne Slot se dedicó a repartir la carga de minutos. Wataru Endo recogió el testigo del metrónomo Ryan Gravenberch y Diogo Jota asumió la posición en el verde de Cody Gakpo. Además, Konstantinos Tsimikas y Harvey Elliott reemplazaron a Andy Robertson y Curtis Jones en una imagen muy similar a la que dejó en la remontada al Leicester City. En los locales, Crysencio Summerville tuvo que entrar ante las molestias musculares de Jarrod Bowen. Los problemas de su capitán fueron el colmo que golpeó la mirada perdida de Julen Lopetegui.
Sumaban 4 dedos, pero el portugués del '20' en la espalda quiso la mano entera. El fútbol es mejor cuando sus compases los marca Mohamed Salah. Y más en una transición rápida. La que aprovechó para brindarle el mano a mano al luso, quien definió de primeras hacia el palo largo. Alphonse Aréola llegó a tocar el envío, pero el 0-5 estaba predestinado. El consuelo del galo fue que, de no ser por su presencia, el número de la derecha en el electrónico quizás se habría acercado a los dobles dígitos. Un vendaval que revienta todo lo que encuentra y al que nadie le propone un remedio.
Luis Guilherme alegró los minutos finales del West Ham con lo que pudo ser el 1-5, pero el 'no' lo acordaron Virgil van Dijk, Niclas Füllkrug y la madera. Anthony Taylor hizo sonar su silbato con la triple melodía y puso punto final al martirio que tuvo que vivir el London Stadium. Tan certero que asusta, tan fino que encandila. El proyecto que no deja indiferente a nadie. 14 victorias en 18 partidos, 45 puntos de 54 posibles. Cada unidad que suma... por cada gol que marca. A 8 del segundo -de momento-. La cara de campeón que se le está quedando al Liverpool es un tanto curiosa.