Corría el minuto 67, cuando Johan Cruyff fue a presionar a Mariano García Remón para dificultar su saque en largo. Entonces, el holandés chocó con Goyo Benito y Rudi Glöckner, colegiado, sancionó obstrucción.
La decisión provocó risas e indignación a partes iguales en el Real Madrid, que asistía atónito a tal situación. Sin embargo, la rabia se apoderó del conjunto blanco cuando el Ajax firmó el 2-0 en ese lanzamiento de falta.
Aunque Pirri logró maquillar el resultado, el equipo liderado por Johan Cruyff viajó al Santiago Bernabéu con ventaja y aprovechó la urgencia blanca para vencer también en Chamartín y alcanzar la final de la Copa de Europa.
"No suelo opinar del árbitro, sin embargo esta vez lo voy a hacer porque no me ha parecido bueno. Creo que este señor debe leerse alguna vez el reglamento", denunció con vehemencia Santiago Bernabéu.
En este sentido, Gregorio Benito, protagonistas involuntario, tampoco se mordió la lengua: "El árbitro ha señalado una falta de verbena por la que ha venido el segundo gol". Asimismo, García Remón sentenció: "El segundo gol ha venido de una falta claramente injusta, el que me estaba obstruyendo a mí era Cruyff y no yo a él y mucho menos Benito".