Tener el control del balón no te garantiza que vayas a ganar un partido de fútbol. Eso es lo que le ocurrió de forma sorprendente al City de Guardiola en las primeras rondas de la FA Cup.
El conjunto 'citizen', con el 82,6% de la posesión, dominaba todas las facetas del juego con comodidad, pero no encontraba la forma de adelantarse en el marcador. Es más, antes del descanso tuvieron complicaciones con la expulsión de Delph.
Guardiola se lo tomó mal en el vestuario y el Wigan respondió en la segunda mitad con el gol de Will Grigg. Un tanto que certificó el pase de los 'latics' a la siguiente ronda y que dejó en la cuneta el City. Agüero no se lo tomó nada bien.
Por su parte, la cara del técnico de Santpedor era todo un poema. Un equipo de inferior categoría le había ganado con dos tiros a portería y un 17,4% de posesión de balón. El 'guardiolismo' volvió a quedar en entredicho.