El Zaragoza de Lucas Alcaraz recibe con grandes problemas y el aliento de los equipos en posiciones de descenso en el cogote a un Cádiz que hace algo más de un mes estaba en una situación similar, pero que ahora coquetea con las zonas de 'play off' de ascenso.
Un choque con mucha historia en la Liga Española y un partido para el recuerdo en la temporada 1990-91, en el que Kiko Narváez se hizo enorme y salvó a los amarillos de un descenso anunciado.
Fue aquel Cádiz un equipo acostumbrado a los milagros. Siempre llegaba a las últimas jornadas casi descendido y siempre acababa remontando de manera inexplicable para firmar la salvación en Primera.
Aquella campaña no iba a ser diferente. Los gaditanos llegaban al choque con la necesidad imperiosa de ganar, pero no dependían de sí mismos, pues el Castellón les aventajaba un punto y visitaba al Oviedo, que se estaba jugando la clasificación a competición europea.
El Zaragoza, por su parte, no había firmado una buena campaña, pero llegaba al partido sin nada más en juego que los famosos maletines de las últimas jornadas en los años 90.
El choque tuvo de todo. Comenzó con nervios del Cádiz, que estuvo cerca de conceder gol por algún fallo defensivo aislado, pero también los amarillos asediaron a Cedrún en la primera parte.
El paso de los minutos aumentó los nervios gaditanos y el Zaragoza lo supo aprovechar para hacer el 0-1 por mediación de 'Paquete' Higuera en un contragolpe.
Apenas quedaban 22 minutos y el Cádiz se iba a Segunda a pesar de que el Castellón perdía con claridad en Oviedo. Ya con Kiko y Husillos en el campo, el conjunto andaluz persistía y, en uno de sus múltiples acercamientos, Kiko cayó en el área ante Julià.
Dertycia transformó el penalti y al Cádiz le quedaban apenas nueve minutos más el tiempo añadido para conseguir la heroica. Le sobrarían varios, pues el propio Kiko, canterano entonces que poco a poco se hacía un hueco en el primer equipo, anotó el 2-1 que daba la vuelta al partido sólo dos después.
El tanto llevó el delirio a la grada del Ramón de Carranza y, ayudado por el 3-0 del Oviedo al Castellón, la salvación para los gaditanos, que tendrían que reafirmar poco después en la promoción ante el extinto Club Deportivo Málaga en una tanda de penaltis agónica.