El esfuerzo que realizan los jugadores de élite en la práctica del fútbol es intermitente, siendo los cambios de ritmo y de dirección los esfuerzos más repetidos durante el partido. Se ha calculado una media de unas 1350 acciones durante un partido, de entre las cuales, aproximadamente, 250 se realizan a altas intensidades.
La fatiga aparece por varios factores combinados y se empieza a manifestar en el momento que un jugador no es capaz de mantener la potencia necesaria para llevar a cabo la práctica deportiva al máximo nivel.
Atendiendo a varios estudios científicos, cinco minutos más tarde de una actividad física de alta intensidad el rendimiento baja considerablemente, es decir, no se puede continuar con la misma intensidad de trabajo. Tras un período de descanso se vuelven a recuperar niveles de trabajo similares. Esta fatiga se denomina fatiga temporal.
Otros estudios demostraron, en futbolistas de élite, una reducción de trabajos a alta intensidad en los cinco primeros minutos de la segunda parte, y sin embargo, dicha capacidad se va aumentando paulatinamente en los diez minutos siguientes. No se tienen evidencias científicas probadas, pero podría ocurrir por una bajada de temperatura en la musculatura por el período de descanso.
En un estudio se demostró que los jugadores que mostraban patrones de descanso activo entre la primera y segunda parte no mostraban diferencias en cuanto a la cantidad de trabajo a altas intensidades al principio de cada parte.
Sin embargo, aquellos que durante el descanso permanecen inactivos, sufren una bajada de la temperatura muscular de hasta dos grados, lo que afecta a la reincorporación a la actividad. En realidad, en este caso no se podría hablar de fatiga, puesto que la disminución de rendimiento no se debe directamente con acumulación de esfuerzo físico.
Por último, es obvio que al final del partido la capacidad de trabajo a alta intensidad se ve reducida considerablemente. La principal fuente de energía para esfuerzos anaeróbicos propios del fútbol es el glucógeno muscular, que en los últimos 15 minutos de partido se ve reducida. Además, otro de los factores que entran en juego en la aparición de la fatiga es la deshidratación por el aumento de la temperatura corporal.