Álvaro Morata ha pasado de estar casi fichado a ser una ilusión que se desvanece con el tiempo en el Barcelona. El club azulgrana empieza a ver cómo su incorporación se aleja cada vez más.
La llegada de Dusan Vlahovic a las filas de la Juventus iba a ser el estímulo necesario para que Allegri dejase salir al ariete español, pero, indicó 'Marca', el técnico transalpino no está por la labor de dejarlo ir.
Así pues, una piedra en el camino se ha interpuesto entre el Barcelona y Morata, que ya soñaba con vestir la elástica azulgrana en este segundo tramo de la temporada.
A ello se le une el hecho de que el 'caso Dembélé' no se desbloquea. El Barcelona necesita dar salida al extremo francés o bien que este renueve, lo que permitiría de las dos formas liberar masa salarial.
La tercera pata por la que cojea la operación de Morata al Barcelona es el Atlético de Madrid. El club 'colchonero' no quiere reforzar a un rival directo, y menos aún mediante una cesión.
Así pues, la única manera en la que el cuadro rojiblanco puede aceptar la marcha de Morata al club azulgrana es a través de un traspaso, una fórmula que no contempla a día de hoy el Barcelona.
Quedan poco más de tres días para que se cierre el mercado de fichajes y el pesimismo ha llegado al Camp Nou. Solo una vuelta de tuerca puede hacer que el delantero acabe como nuevo jugador de Xavi Hernández.