El Leicester puede por fin respirar aliviado. Los pupilos de Brendan Rogers estaban contra las cuerdas en la Europa League tras solo sumar un punto en las dos primeras jornadas. Por ello, todas sus aspiraciones pasaron por vencer en territorio ruso al Spartak de Moscú.
Y desde luego que el encuentro fue un auténtico disfrute para los aficionados a este deporte. En los primeros compases del juego, ambos conjuntos impusieron su juego y gozaron de multitud ocasiones para ponerse por delante en el marcador.
Sin embargo, fue el conjunto anfitrión el que dio el primer golpe sobre la mesa. Sobolev remató un centro de su compañero y batió por bajo a Schmeichel, que no pudo hacer nada para evitar el 1-0.
Lejos de venirse abajo, el Leicester lo siguió intentando aunque no estuvieron afortunados de cara a gol. Los últimos minutos del primer tiempo estuvieron bajo el dominio de los 'foxes', aunque, fruto de la casualidad o el buen hacer ruso, el Spartak de Moscú aumentó su ventaja.
Larsson remató con contundencia el centro de Moses y puso el 2-0. Sin embargo, el Leicester no había dicho su última palabra y ni mucho menos Daka, que activó el modo goleador y recortó distancias en el último suspiro de la primera mitad.
En el segundo acto, el Leicester salió como una auténtica moto y muy pronto igualó la contienda. De nuevo el internacional por Zambia o como ya es conocido, 'el nuevo Haaland', anotó el 2-2 tras una buena jugada colectiva.
El vendaval de los 'foxes' fue brutal y los de Rui Vitória resistieron como pudieron. El 'show' de Daka siguió su curso y, apenas seis minutos después de lograr el empate, el delantero puso el 2-3 favorable a su equipo.
Tielemans trajo loca a toda la zaga rusa, que vio como sus pases medidos estaban siendo su cruz durante el partido. El partido se sumió en su recta final y todo hizo indicar que el Leicester lograría la primera victoria de la temporada en cuanto a la Europa League se refiere.
Más aún cuando, el 'superhéroe Daka' logro el cuarto en su cuenta particular, logrando un 'póker' al igual que hizo Haller en Champions. El africano recibió de Maddison en el borde del área y, sin pensárselo lo más mínimo, tiró raso al palo izquierdo de la portería defendida por Maksimenko para poner el cuarto.
Los locales no habían dicho su última palabra sobre el césped Otkrytie Arena y Sobolev puso la emoción hasta el último segundo del partido. Sin embargo, no hubo tiempo para más y el Leicester se alzó con un triunfo vital de cara a sus aspiraciones europeas.