El 'caso Dani Alves' ya tiene resolución. El futbolista tendrá que ir a la cárcel después de que el Tribunal de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona haya dictaminado una pena de 4 años y 6 meses de prisión por los hechos ocurridos en la Nochevieja de 2022.
Según queda probado, el ex jugador de Sevilla, Barcelona, Juventus, PSG o Pumas UNAM cometió una agresión sexual con penetración a una joven de 23 años en los baños de la discoteca Sutton de la Ciudad Condal. Esto sucedió en la madrugada del 31 de diciembre de 2022 y la denuncia fue interpuesta en las horas posteriores.
El tribunal da por acreditado que "el acusado cogió bruscamente a la denunciante, la tiró al suelo y evitando que pudiera moverse la penetró vaginalmente pese a que la denunciante decía que no, que se quería ir". Además, considera que con ello "se cumple el tipo de ausencia de consentimiento con uso de la violencia y con acceso carnal".
La sentencia también recoge que tras ello permanecerá 5 años en libertad vigilada con una orden de alejamiento e incomunicación con la víctima durante 9 años y 6 meses. Además, pagará una indemnización de 150.000 euros y se tendrá que encargar de sufragar por completo las costas del juicio. No obstante, al jugador y su defensa aún les queda la opción de recurso.
Alves fue detenido el día 21 de enero de 2023 tras desplazarse desde Ciudad de México hasta Barcelona para tratar el caso con su abogada. Los Mossos d'Esquadra retuvieron al brasileño en el mismo despacho y fue llevado a declarar antes de ingresar en prisión provisional, donde ha permanecido desde entonces mientras se desarrollaba el proceso.
Uno de los factores que han jugado en contra del lateral derecho es que ha modificado hasta cuatro veces su versión sobre lo ocurrido. En un primer momento aseguró que no conocía a la víctima ni la había visto. Después reconoció que entró al baño de la discoteca y que la joven fue tras él, pero que no ocurrió nada y él solo hizo sus necesidades. De ahí pasó a asegurar que hubo sexo oral, tras ello que hubo sexo consentido y por último su defensa recurrió al alcohol como atenuante. Cada cambio fue consecuencia de la aparición de nuevas pruebas biológicas y gráficas incriminatorias.
Según la declaración de la víctima, Alves la llevó al baño de la discoteca y allí la forzó a mantener relaciones sexuales hasta que el brasileño eyaculó. Tras ello la hizo esperar en el interior del lavabo mientras él se marchaba. Mientras, sus acompañantes aseguraron que al salir se encontraba en 'shock' y que les costó convencerla de interponer una denuncia.
Por su parte, Dani Alves sostuvo en su declaración de principios de este mes de febrero que los hechos fueron con consentimiento, que la víctima acudió voluntariamente al baño y que al ver que tardaba incluso pensó "que no iba venir". Además, su letrada Inés Guardiola esgrimió que incluso bailaron juntos en actitud sexualizada. La postura de la Fiscalía es que la joven sintió arrepentimiento y que no pudo escapar tras ello, de modo que vivió una "situación de terror" en la que "se dejó ir para que terminara como fuese".
"Si entró en el baño y ella dijo que no, es no. Por eso se ha modificado el consentimiento con la nueva ley. En el baño repitió 'me quiero ir", explicó Ester García, abogada de la denunciante. Esta solicitaba hasta 12 años de cárcel para Dani Alves, la mayor pena tipificada por el delito de agresión sexual. Finalmente, la sentencia de la Audiencia de Barcelona deja esta condena en 4 años y seis meses de los cuales ya ha cumplido uno en prisión preventiva.