En Brasil están acostumbrados a las historias de superación dentro del fútbol. No se sabe bien por qué, pero los grandes cracks que ha dado el deporte en el país han salido por lo general de familias muy humildes.
De eso saben mucho Casemiro y, sobre todo, Dani Alves, que han apoyado a Gleisson, un joven jugador que se ha hecho famoso por sus sacrificios en el país sudamericano.
'Marca' explica que el prometedor futbolista de Petrolina se dedica a recoger cocos junto a su padre. Una tarea por la que tienen que llegar a 2.000 unidades al día y que apenas les reporta 40 reales -unos ocho euros-.
El joven se machaca después de la jornada laboral para poder jugar al fútbol y gozar de una oportunidad. De su casa al estadio de Petrolina, en Pernambuco, hay 12 kilómetros, que Gleisson recorre cada día corriendo y bajo el sol de justicia brasileño.
Petrolina participó sin éxito en la Copa de Sao Paulo y perdió todos los partidos, pero la historia de superación del joven llegó hasta Dani Alves y Casemiro.
La citada fuente confirma que ambos le enviaron un mensaje y una camiseta firmada e incluso el ex jugador del Barcelona le confesó que estaba muy orgulloso de lo que hacía.