Desde mediados de abril, Darwin Núñez tuvo que dar un paso atrás en la rotación del Liverpool. Jürgen Klopp llevaba toda la temporada defendiéndole de las críticas en actuaciones en las que se esperaba que anotara algún gol, pero, al final, tuvo que relegarle a suplente, lo que da la sensación de que al uruguayo no le ha hecho ninguna gracia. Primero, se dejó ver con su compatriota Ronald Araujo en Barcelona, lo que disparó la rumorología en el mercado de fichajes azulgrana.
Después, le ignoró súbitamente durante su acto de despedida en Anfield. Esta campaña ha sido la última -hasta nuevo aviso- del estratega germano en la plantilla 'red', en la que desencadenó un cambio de mentalidad desde 2015 que ha llevado, en esta estancia de nueve años, las vitrinas del proyecto a acoger trofeos como la Premier o la Champions League, los de mayor enjundia en la lista de objetivos de la directiva.
Para darle las gracias por casi una década de dedicación al equipo y a la ciudad, las gradas se llenaron con ronda de cánticos y aplausos tras ronda de cánticos y aplausos, una dinámica de la que participaron los integrantes del vestuario. Le escucharon en su postrera charla en los aposentos que, a partir de verano, liderará Arne Slot -en cuanto el Feyenoord le libere a cambio de una jugosa cifra- y le hicieron un pasillo hacia el centro del césped.
May 19, 2024
Justamente en estos dos momentos claves del homenaje, Darwin Núñez despreció a su entrenador. Durante las palabras que entonó entre bambalinas, miró al suelo y se tapó la cabeza con la palma de la mano, gesto que se puede ver perfectamente en un vídeo publicado por la propia entidad. Más adelante, mientras sus compañeros ovacionaban a un Klopp radiante que salía del túnel, él permanecía con los brazos cruzados debajo del estómago.
May 19, 2024