Con el paso de los meses se hablará del fútbol asiático sin que con ello cree sorpresa. Desde hace años, el deporte rey ha sido como un gigante dormido que ya se ha despertado y quiere arrasar con todo a su paso. China, Japón, Corea... todos venden y todos compran.
Lejos de España y más todavía de Estados Unidos, hay jugadores de la talla de Villa, Iniesta, Podolski, Rondón, Arnautovic o El Shaaray que han decidido hacer las maletas para comenzar una nueva aventura, además de otros tantos como Bakambu, Paulinho, Óscar o Yannick Ferrerira Carrasco, que llegó a ser importante en el Atlético.
El fútbol asiático ofrece contratos multimillonarios y, sobre todo, protagonismo al ser una competición más floja, por lo que los futbolistas que lleguen de una de las cinco grandes Ligas de Europa serán automáticamente todavía más estrellas. Es el caso de Bale, al que el Jiangsu Suning podría pagarle hasta 17 millones de euros como sueldo.
Pero ahora no solo hay compras, sino también ventas. En este mercado se han visto traspasos como los de Abe o Takefusa Kubo. El jugador del Real Madrid se despidió por todo lo alto y por raro que pareca es una de las atracciones del club blanco en esta pretemporada.
El ex del Tokyo FC ya ha dejado hasta caños imposibles y destellos de calidad que hacen que el fútbol japonés y de Asia sea cada vez más protagonista. Ese gigante ya a sus primeros pasos en firme.