No se había cumplido el minuto 20 de juego, cuando De Bruyne mareó a la defensa del Tottenham y la agitó con una pared con Bernardo Silva para después centrar a un segundo palo en el que, aparantemente, no había nadie.
Sin tiempo que perder, Raheem Sterling apareció como una exhalación para cabecear y superar a Hugo Lloris con un cabezazo cruzado, que dejó en evidencia a la línea defensiva de Mauricio Pochettino a las primeras de cambio.
El Etihad Stadium se puso en pie para celebrar la genialidad de Kevin de Bruyne, que exhibió una inusitada conexión con el delantero inglés. Una obra de arte firmada por dos magos que juegan de memoria a lo que Pep profesa.
Sin embargo, la alegría en Mánchester duró poco a la parroquia local. Lamela, que ya había avisado en la jugada previa al 1-0, niveló el encuentro con un zapatazo desde la frontal que pilló por sorpresa a Ederson.
Tampoco tardó Agüero en devolver la ventaja en el marcador. El delantero argentino se asoció con Kevin de Bruyne para cederle el 2-1 al 'Kun' y enviar a la lona al Tottenham.
17 de agosto de 2019