No todos los días se entra en la agenda del Real Madrid. Pero Luka Jovic ya puede presumir de ello. El delantero serbio de tan solo 21 años lleva varios meses enamorando a todos en el fútbol alemán y ahora también lo hace en el español.
Después de que el Barcelona y el Bayern de Múnich pusieran sus ojos en él, los blancos han sido los últimos en sumarse a la lista de candidatos por el que muchos consideran ya el jugador revelación de la Bundesliga.
25 goles en 18 partidos dan muestra de ello, pero más si tenemos en cuenta que la pasada temporada tan solo anotó nueve tantos en dos duelos más, justo los que llegó jugar con la camiseta del Eintracht Frankfurt, equipo en el que se encuentra cedido por el Benfica.
Pero antes de convertirse en todo esto, antes de que tres de los mejores equipos del mundo apuntasen su nombre en sus agendas, Luka Jovic era un adolescente indisciplinado que salía mucho por las noches y entrenaba muy poco por las mañanas.
De ahí que el Benfica, con la paciencia más que agotada, decidiera en la temporada 2016-17 cederlo al conjunto alemán, cuando apenas tenía 19 años. Los portugueses estaban esperanzados en que la exigencia y dureza del fútbol alemán acabaran con la falta de disciplina del atacante serbio. Y así fue.
Eso sí, los comienzos de Jovic como jugador profesional no fueron nada fáciles. Pese a que consiguió debutar por todo lo alto con el Estrella Roja cuando tan solo tenía 16 años, anotando un tanto a los dos minutos, su esfuerzo y el de su familia hasta convertirse en jugador de élite da para guion de las mejores películas.
La falta de recursos económicos obligó a Jovic y a su familia a pasar noches enteras durmiendo en un coche entre partido y partido, cuando apenas era un niño. Al cumplir los siete años, recibió su primer sueldo gracias a una prueba que realizó con un equipo de Belgrado, consiguiendo anotar cuatro tantos.
Un sueldo de tan solo 50 euros que fue creciendo poco a poco gracias a los 17 euros que ganaba por partido. Con su llegada al Estrella Roja, Jovic y su familia pudieron dejar atrás esas noches frías y oscuras, aunque un nuevo episodio golpeó con dureza al joven jugador.
Con tan solo 18 años recibió amenazas por parte de dos individuos, que intentaron chantajearlo a él y a su familia para poder seguir jugando. Otra dura prueba que Jovic pudo superar con la ayuda de la Policía.
Piedra a piedra, el pequeño Luka consiguió dejarlas todas atrás hasta convertirse en el futbolista que ahora es, un referente del fútbol alemán, una promesa internacional que ya ha deslumbrado a los mejores clubes del mundo, un delantero forjado en la calle y mimado en el campo.