Matthijs de Ligt no está del todo contento en el Bayern de Múnich. A principios de enero, o sea, con el mercado de fichajes abierto, salió a la luz que habría visto con buenos ojos un cambio de aires que le acercó al Manchester United y que, al final, no se produjo. Este fin de semana, para colmo, se perdió el partidazo por el liderato de la Bundesliga contra el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso. Thomas Tuchel le relegó al banquillo.
Su paso atrás fue notorio porque había salido de inicio contra el Borussia Mönchengladbach, el Augsburgo, el Union Berlin, el Werder Bremen, el Hoffenheim y el Basel -este último, en una cita amistosa- consecutivamente. Además, frente al 'Gladbach, anotó uno de los goles que facilitó un triunfo solvente, cerrado por 3-1. Todo apuntaba a que estaría en la alineación para asaltar una cima que, con un sonrojante 3-0 en contra, mantiene a los bávaros a la caza de sus rivales directos.
La prensa, al ver salir al central neerlandés del Bay Arena, se interesó por su físico por si este era el motivo por el que su entrenador le había dejado fuera de sus planes. 'Bild', directamente, le pidió saber si se encontraba lesionado o afectado por la fatiga. "¡Estaba perfecto!", respondió. La contestación se ha tomado con cierta ironía en los periódicos germanos, que advierten de que, en verano, será uno de los jugadores con opciones a dejar el proyecto. Su contrato, eso sí, se extiende hasta 2027.
De Ligt lleva viendo una caída en su rendimiento y su protagonismo en el fútbol europeo desde que dejó el Ajax de Erik ten Hag, que, curiosamente, podría ser su salvación de cara a la temporada que viene. En Old Trafford, su compatriota tiende a situar a Harry Maguire de inicio en un puesto que quizá mejore si él se enrola en las filas 'red devils', pues el internacional con Inglaterra, sobrado de determinación y fe en su nivel, es propenso a errores de bulto de vez en cuando.