Como suele pasar en estos casos, varias son las teorías que circulan entre los aficionados de ambos equipos de cara a la resolución del encuentro.
Atlas fue el causante de que el choque no pudiese desarrollarse como estaba previsto, por lo que, según el reglamento, debería perder los puntos por un resultado de 3-0.
La norma no admite dudas al respecto: "En caso de que se determine que no hubo causa de fuerza mayor que justifique la suspensión de un partido (...) el club infractor pederá el partido 3-0 y será sancionado con una multa de 1.000 UMAs".
Sin embargo, hay voces que han desvelado que ambos clubes llegaron a un acuerdo para que Tigres no recurriese a la justicia. Esto se podría tomar como un gran gesto de deportividad de los 'felinos' aunque, de ser cierta esta medida, habría que ver si reciben algo a cambio por parte del equipo local.
Por último, también existe la corriente que acusa a la Liga Bancomer MX de haber obviado el reglamento y haber decidido emplazar el encuentro para noviembre haciendo caso omiso a los derechos que, en este caso, tiene Tigres.