Stoch tiene una larga trayectoria en el fútbol europeo y una aventura emiratí. Entre otros escudos, defendió el de Nitra, Chelsea, Twente, Fenerbahçe, PAOK, Al Ain y Bursaspor hasta llegar a Praga.
Con 19 años y tras jugar en el Nitra, equipo en el que debutó con 16 años (y tuvo que esperar desde los 15 por la norma del fútbol eslovaco), el Chelsea se fijó en él. Los londinenses empezaban a ser grandes y Stoch se hizo un hueco entre los Anelka, Deco, Lampard, Malouda, Obi Mikel o Cole.
Sin embargo, apenas disfrutó de 41 minutos en cinco encuentros y no logró ver puerta. Lo máximo que acumuló en un partido fueron 20 minutos, aunque ayudó a alguna que otra remontada y entró en convocatorias para encuentros ante 'titanes' como Barça, Juve, Roma, Arsenal o Liverpool.
En el Chelsea se le cerraron las puertas. Scolari abandonó el club y Guus Hiddink acabó el año, técnico con el que no volvería a jugar. Tras una cesión al Twente, con el que salió campeón en Holanda por primera vez en la historia del club, llegó al Fenerbahçe.
En el club turco ganó el Premio Puskas 2012. Una estratosférica volea de primeras a la escuadra desde la frontal del área le puso el galardón en sus manos.
Grecia, Emiratos Árabes Unidos y, de nuevo, Turquía fue su ruta hasta aterrizar en la República Checa. Y obtuvo buenos registros a su paso por el PAOK o el Al Ain. Pero en el Slavia acabaría de encontrar su hueco.
Ahora, a sus 29 años, cumple su segunda temporada y es el líder del equipo revelación de Europa. El Slavia se 'cargó' al Genk con un sorprendente 1-4 en la vuelta y dejó en la cuneta al Sevilla en octavos con una remontada histórica. Todo esto tras haber superado un grupo nada fácil con Girondins, Zenit y Copenhague.
Con doce goles, es el máximo goleador del equipo, el tercero de la Liga Checa y la gran amenaza del Chelsea. Marcó uno de los goles en el Sánchez Pizjuán y, tras una vida de altibajos, premios, campeonatos y fracasos tiene ante sí el reto más importante de su carrera.