En los últimos meses, la imagen del fútbol francés ha sido perjudicada por lamentables imágenes que se han ido sucediendo a lo largo de la temporada. Uno de los incidentes más célebres fue el botellazo que recibió Payet en el campo del Lyon, en un partido que se tuvo que ver aplazado.
Sin embargo, esa no ha sido la única polémica que ha rodeado a la Ligue 1 durante la presente campaña. Uno de los grandes problemas es la presencia de ultras entre los hinchas franceses, que ensucian los valores de este deporte.
Por ejemplo, fue muy recordado el lanzamiento de bengalas que se produjo el pasado mes de octubre en el encuentro entre el Saint-Étienne y el Angers, que se retrasó una hora después de que los locales lanzaran dicho material pirotécnico en protesta por la labor de Claude Puel en el banquillo.
Por desgracia, los radicales han sido uno de los grandes protagonistas de esta temporada. Otro acontecimiento destacable fue la suspensión del París FC-Lyon de Copa por la invasión de los ultras.
En definitiva, las organizaciones del fútbol en Francia tienen mucho margen de mejora en esta materia y es necesario que se pongan en práctica medidas para reducir la escalada de violencia que se está experimentando.