"Jugaba en un gran club, tenía un Rolls Royce, una hermosa casa... pero era infeliz por Mou"

No fue demasiado, pero Depay tuvo que irse a Francia, al Olympique de Lyon, para poder ganar minutos e importante. 'Corazón de León' se llama el libro, y el medio 'Manchester Evening News' rescata frases.
"Mirando atrás, Van Gaal sí tenía buenas razones para mandarme al banquillo", reconoce Depay, quien se ha encontrado en el Lyon y es un habitual para la Selección Holandesa.
"Cuando vino Mourinho, sentí confianza y hasta entrené a un nivel más alto, pero nada cambió mi situación, incluso dándolo todo en los entrenamientos", relata Depay en su biografía.
"Hasta jugadores como Ibrahimovic, Pogba o Carrick se preguntaban cómo era posible que nunca tuviera una oportunidad", recuerda el atacante, "infeliz" por su situación.
"Mourinho me decía que estaba muy satisfecho con mi trabajo y mi actitud, pero nunca me dio opciones de jugar. Y en ese momento me hizo perder la cabeza. Después de los entrenamientos me iba a casa y no quería ver a nadie: mentalmente, pasé un mal rato y empeoraba cada día", señala Depay.
Ni todo el dinero del mundo aliviaba al futbolista. "Mirado desde fuera, yo tenía una buena vida, jugaba en uno de los mayores clubs del mundo, vivía en una hermosa casa con piscina, con mi mejor amigo, Gigi, y conducía un Rolls Royce, pero era infeliz", rememora.
Depay sufrió episodios de ira: "A veces mi frustración me hacía explotar, de pura rabia, y un día... hasta golpeé a mi mejor amigo en casa. Me paré antes de lastimarlo, pero luego me sentí avergonzado. Ahí toqué fondo, sorprendido con mi propio comportamiento".