Nadie dijo que iba a ser fácil. Y nadie dice que este equipo se sienta derrotado. No había más que ver las caras de revancha en el viaje de vuelta de Valdepeñas para comprenderlo. Aunque pasa cada semana, en cada partido. No es cuestión de ganar o perder partidos, sino de una mentalidad siempre a prueba de bombas.
No es fácil ser un recién ascendido en la élite del fútbol sala. Hasta el campeón de Europa, ElPozo Murcia o el propio Barça Lassa están sufriendo en este arranque de competición. El BeSoccer CD UMA Antequera tiene menos puntos que tesón. Necesita bagaje, más experiencia. La que se está absorbiendo en las derrotas que está dejando el primer tramo del calendario.
Un calendario, además, que está dejando secuelas por la acumulación de los equipos grandes en los primeros compases. El titánico esfuerzo para intentar contener al Inter Movistar días antes del vital partido del sábado pasó factura también.
Pero el equipo universitario, lejos de poner excusas, convierte cada derrota en una lección. Así que la del Quijote Arena fue otra más. Para seguir madurando en la competición.
Lo bueno del gran grupo humano que forma el titular del Argüelles hace que en las derrotas, como la encajada ante el Valdepeñas en un partido donde se acusó demasiado la roja a Víctor Arévalo, el grupo tire de cada cara triste.
Aun así, por el momento el BeSoccer CD UMA Antequera sigue fuera de la zona roja de la clasificación. Si los resultados han de ser una consecuencia del buen trabajo y una mejor actitud, mejorarán en los próximos partidos.
Y lo mejor aún, que nunca está en el suelo, siempre se levanta. Porque hasta en los seis partidos perdidos ha quedado testado el coraje y el espíritu guerrillero de un equipo al que nunca se le puede poner un pero en su actitud.