Arrancó el duelo con brío, donde Austria buscaba los puntos que certificaran su pase a la siguiente fase, mientras que Dinamarca necesitaba una victoria para no quedar matemáticamente eliminado.
Apenas se había cumplido la primera media hora de juego, cuando Joakim Maehle, hiperactivo desde el inicio, abría la lata con una excelsa picadita para deleite de los aficionados congregados en Italia.
Previamente, Skov Olsen se había encontrado con la madera en su camino hacia el gol, pero Austria logró recuperarse previo paso por vestuarios y Lienhart cabeceó un saque de esquina para firmar el 1-1.
El empate fue el preludio a los dos minutos de locura en Italia, donde el VAR anuló el 2-1 e Iversen, momentos después, paró un penalti que hubiera puesto por delante a los austriacos en el marcador.
Erigido como líder de su selección, el carrilero danés firmó su doblete con el muslo y, ya en el tiempo añadido y con Austria buscando el gol a la desesperada, Skov Olsen besó las mallas y alimentó el suspense en el Grupo B.