El fútbol y la política no siempre hacen buenas migas. No son pocas las polémicas que, en este deporte, se han generado a raíz de temas de otras índoles, especialmente, por asuntos diplomáticos y gubernamentales.
La tensión lleva tiempo instaurada entre palestinos e israelíes. Los primeros tienen la intención de que la ciudad, más concretamente su zona oriental, pase a ser la futura capital de un hipotético Estado independiente.
Sin embargo, en esta ocasión un movimiento político ha desembocado en la admiración de un club por un personaje público. Donald Trump ha pasado a ser reconocido por el Beitar Jerusalén, que incluso ha optado por incluir al presidente de Estados Unidos en su nombre.
Y es que el mandamás americano reconoció el estatus de capital a la ciudad, lugar al que ha trasladado la embajada estadounidense. Esta abrirá el lunes, cuando precisamente se cumplen 70 años de la fundación del Estado de Israel.
Así, el conjunto fundado en 1936 pasará a denominarse Beitar Trump Jerusalén, decisión que explicó el club en un comunicado: "Los directivos del equipo, el dueño Eli Tabib y el presidente ejecutivo Eli Ohana decidieron añadir al título del club el nombre del presidente estadounidense que hizo historia".
"Por 70 años Jerusalén ha esperado reconocimiento internacional, hasta que el presidente Donald Trump, en una decisión valiente, reconoció Jerusalén como la eterna capital de Israel", agregó a su explicación.
Oficialmente, existía un acuerdo por el que, mediante negociaciones pacíficas, israelíes y palestinos decidirían la función de Jerusalén, algo que ha alterado Trump con su reconocimiento. Ahora, todo hace indicar que no tardarán en aparecer las represalias de la otra cara de la moneda.