El jugador de Mali se sacó de la manga un disparo potentísimo que se estrelló en el larguero, rebasó varios centímetros la línea de gol y salió. El cabezazo posterior se marchó fuera.
Las imágenes confirmaron que el balón había entrado, pero los árbitros no lo concedieron. Ni siquiera se pudo acudir al VAR: la FIFA no ha habilitado videoarbitraje para el Mundial Sub 17.
Tampoco había árbitros de fondo que pudieran conceder a Mali el gol. Pese a las protestas africanas, el 0-2 se quedó así:
Geen goal line technology op het WK U17 dus het staat nog steeds 2-0 i.p.v. 2-1 en worden we van wereldgoal onthouden. Pech voor Mali. pic.twitter.com/jpONddS2Ws
— Plevla (@Plevla1985) 25 de octubre de 2017