El futuro del fútbol en Europa estará puesto a prueba una vez se controle la pandemia. Muchos equipos no podrán soportar las consecuencias de la crisis económica y se tomarán decisiones drásticas.
En Bélgica, dos equipos estaban trabajando para fusionarse de cara a formar una estructura sólida y viable de cara al futuro, pero la afición ha hablado para oponerse.
Kortrijk y Mouscron, ambos de la Liga Belga, iniciaron el proceso de fusión recientemente como ya hicieron otros clubes en el país en los últimos tiempos.
Las dos ciudades están separadas por solo 13 kilómetros y el deseo de unión se podía entender, pero los hinchas lo dejaron claro: quieren seguir siendo dos clubes independientes.
Está por ver si este reclamo de los seguidores frena las intenciones de los dirigentes o la fusión acaba produciéndose de igual modo.