El Alcorcón se ha salvado. Dos años de infarto han terminado con un amago de descenso para el club 'alfarero', que ha pasado de brillar el curso pasado por ser durante la mayoría de la temporada el único equipo invicto a domicilio a protagonizar uno que comenzó mal y casi acaba con desastre. El legendario Anquela entró en escena para evitarlo.
Es imposible analizar esta trayectoria a la baja sin tener en cuenta sus orígenes. El conjunto madrileño venía de un ejercicio 19-20 bastante notable de la mano de Fran Fernández. El técnico firmó con el Tenerife para pelear por el ascenso -no le fue bien- y Mere Hermoso tomó las riendas. Sus primeras semanas de Liga se contaron por ocho derrotas, una victoria y un empate -las ocho derrotas, seguidas-.
Las alarmas saltaron en la directiva. El grupo había dejado atrás su aparente asentamiento en el fútbol profesional y hasta capacidad de aspirar a algo más con la gestión adecuada para hundirse, rondar siempre el último puesto de la tabla y verse incapaz de marcar goles. Y ahí es donde regresó Anquela, el héroe del 'Alcorconazo' al Madrid en Copa, para mantener a flote a la escuadra.
Y lo logró. Instaló una mejora paulatina que, pronto, llenó el casillero de resultados que sí que casaban con las aspiraciones del club. Victorias ante rivales directos, alguna que otra derrota asumible y varios empates que daban la sensación de valer fueron cambiando el tono de la temporada rumbo a una traca final en la que todo podía salir mal... o bien, como es el caso.
Otro año más en Segunda y ya van 12
El Alcorcón vivirá la próxima temporada su duodécimo año seguido en el fútbol profesional. Hay que remontarse a la campaña 2009-10 para vislumbrar su último ascenso. La estabilidad en la categoría de plata era el sentir predominante y, poco a poco, la entidad se convirtió en una de verdadera experiencia en Segunda División con la meta de dar, algún día, un paso más adelante.
Como el resto de equipos que casi decienden, la directiva deberá hacer un esfuerzo para que no se escape el talento que su nómina recoge. Marc Gual o Gorostidi son ejemplos de jugadores que, posiblemente, interesarán a otras entidades. La continuidad de Laure o David Fernández, incombustibles, otras claves.
Dicotomía juventud-experiencia
Cuando BeSoccer Pro realiza un barrido estadístico por la temporada del Alcorcón, detecta una dicotomía curiosa. La mitad de los líderes en datos de la plantilla tienen 36 años, mientras que la otra mitad cuenta de 22 a 25 primaveras. Esto sirve de argumento de peso para lo expuesto en el párrafo anterior: el club tiene una ventana de traspasos interesante que gestionar.
David Fernández es el mayor exponente en intercepciones, duelos aéreos ganados y duelos generales ganados. Laure lo es en pases clave y regates con éxito fruto de su capacidad para llegar desde atrás hacia línea de fondo. Marc Gual manda en goles -aunque cinco es una marca pobre- y Arribas, en faltas provocadas.
Quizá la marcha de referentes del grupo como ellos explique en parte el bajón del equipo. Hay que recordar que, hace algo menos de un año, abandonaron las filas 'alfareras' futbolistas de valor sustancioso como Mula -se fue al Fuenlabrada-, Luis Perea -al Leganés por tres millones de euros- o Stoichkov -estaba cedido y el Mallorca lo prestó al Sabadell-.