El equipo de Santiago Solari tiene un asalto para estar en la final del Mundial de Clubes y volver a levantar el trofeo, pero para ello tendrá que pasar por encima de un Kashima que tiene buenos recuerdos del año 2016.
Fue el club nipón el que llevó al Madrid al a prórroga e hizo que los blancos tuvieran que sudar la gota gorda para ser campeones de un Mundialito en el que vuelven a ser los favoritos, sobre todo con River Plate fuera del plano.
Sin embargo, este año el que avisa es el Al Ain de Marcus Berg y compañía. El equipo de los Emiratos ha logrado tumbar al campeón de la Libertadores en un partido igualado que llegó a la tanda de penaltis.
Con esfuerzo, trabajo y sin pensar en la inferioridad, el Al Ain logró hacer un buen papel una vez más, como ya lo hiciera frente al Team Wellington, el ES Tunis y el propio River Plate. Ocho goles en tres partidos marcan otro aviso.
El Madrid, que no pasa por el mejor de sus momentos, podría verse en la final con un equipo crecido que seguramente disputará con todo por clavarse la estrella en el pecho. El Al Ain convertido en un Kashima que también tendrá su oportunidad de dar venganza.