La intención del conjunto alavesista era la de haber hecho ya oficial el fichaje del asturiano. Sin embargo, el club malacitano no aceptó la proposición de dos millones de euros por el jugador.
Así, las negociaciones entre ambos clubes se han estancado. Ni una parte ni otra quieren dar su brazo a torcer, por lo que el jugador podría seguir siendo propiedad del Málaga al menos hasta verano.
El asturiano tiene una cláusula en su contrato por la cual, si el cuadro malagueño no sube a Primera División, el extremo podría irse a otro conjunto de la élite del fútbol español.
La premura del Málaga tiene lugar porque el jugador acaba contrato en junio de 2020, por lo que podría marcharse libre entonces. Está dispuesto a dejarlo salir, aunque no a cualquier precio.