El Albacete hizo un partido brillante, inmaculado, y el Zaragoza fue otra vez el Zaragoza de después del parón, el equipo que está en caída libre, que es un flan en defensa y está negado en ataque. Como resultado, un 4-1 demoledor.
Los primeros minutos discurrieron por los cauces esperados. La tensión se palpaba en el ambiente, pero el Zaragoza pronto se hizo con el dominio de la pelota. El Albacete procedió, en consecuencia, a defenderse.
Hubo un pequeño intercambio de ocasiones en los primeros compases, pero pronto se le torció el partido al Zaragoza. En el 12', Carlos Nieto cometió el primer error de categoría, una pérdida difícil de justicar, eclipsada por el bochornoso penalti del Pichu Atienza.
Penalti que Maikel Mesa, con todo lo que tiene el Albacete en juego, chutó a lo Panenka, convirtiendo la pena máxima. Sí, fue gol, pero le costó otro par de canas a Lucas Alcaraz.
El tanto espoleó al Zaragoza, que buscó pronto el emapte, pero lo que se encontró fue con el 2-0 diez minutos después. En un córner, Cristian Álvarez logró evitar el gol de Pedro Sánchez, pero el balón quedó muerto, a los pies de Gorosito, quien marcó a placer.
La acción fue revisada por el VAR, pues pudo haber fuera de juego del central del Albacete, pero no lo apreció, y el tanto subió al marcador tras unos segundos de espera, largos, eternos.
Lo que ocurrió después pudo haber cambiado el destino de este encuentro, pero los hechos se sucedieron en el orden justo para que el Albacete no acusara el golpe.
Primero se rompió, él solo, en un despeje, Gorosito. Su mala suerte con las lesiones le sigue acompañando. Y, a continuación, se señaló penalti a favor del Zaragoza. Penalti que convirtió Burgui, y que sirvió para ajustar el resultado.
Estaba tocado el cuadro manchego, pero la pausa de hidratación frenó la hemorragia. El doble revés moral fue amortiguado gracias al parón, y contrarrestado nada más reanudarse el juego.
Atacaba el Zaragoza, y el Albacete logró salir a la contra. Chema, con un pase sensacional, dejó solo a Dani Ojeda y este, ante la salida desesperada del portero rival, le superó con una vaselina para hacer el 3-1 en el 33' de partido.
De ese golpe no se recuperaría el Zaragoza, y si los maños pensaban que tras el descanso podrían hacerlo, de nuevo Dani Ojeda se encargó de evitarlo al marcar a los pocos segundos después de reiniciarse el encuentro.
Ese cuarto gol, anotado en el 46', fue demoledor. Fue el último golpe que recibió un Zaragoza con el ánimo hecho añicos. Un equipo en caída libre que no parece capaz de reaccionar, que se fue al parón siendo segundo y que ahora se ha metido en el 'play off' de ascenso gracias a los resultados de otros.
Tuvo sus opciones, claro está. Hubiera sido grave que el Zaragoza hubiese bajado los brazos con todo el segundo tiempo por delante. Dispuso incluso de un segundo penalti, forzado por Burgui, el más activo del conjunto maño en todo el partido.
Penalti que primero fue amarilla para el futbolista del Zaragoza, por simular, pero que el colegiado se vio obligado a corregir tras consultar el VAR. Pero no engañó dos veces a Tomeu. Le detuvo el lanzamiento, y, para colmo de males del Zaragoza, Linares, con toda la portería para él, tiró fuera el rechace.
Pero la tónica habitual del segundo tiempo fue que el Zaragoza atacaba, el Albacete se defendía, sin sufrir nada de nada, y contragolpeaba, generando una ocasión de peligro tras otra. Por momentos parecía que iba a ser una goleada histórica, pero se quedó en un 4-1 bastante notable.
Sin embargo, dentro de lo malo, el Zaragoza ha sacado algo bueno de esta jornada, una jornada nefasta en cuanto a resultados propios, pero propicia al respecto de los ajenos. Gracias al empate 'in extremis' de Las Palmas en Vallecas, el Zaragoza jugará, haga lo que haga en la última jornada, el 'play off' de ascenso.
Por su parte, este triunfo, el más holgado de toda la temporada, sirve al Albacete para salir del descenso. Vuelve a depender de sí mismo, y encara la última jornada superando en un punto al Dépor y en dos al Numancia.