El Alcorcón blinda el futuro de su cantera

Esta iniciativa se puso en marcha en octubre de 2015 amparada por la dirección de fútbol base para que los futbolistas de categorías comprendidas entre benjamines y cadetes pudieran compaginar mejor sus obligaciones con los estudios y su afición por el fútbol sin descuidar ninguna.

El taller de estudio, ubicado en la sala de prensa del estadio de Santo Domingo, funciona de lunes a viernes de cuatro a ocho de la tarde bajo la supervisión de Fernando Rodríguez, miembro del equipo de fútbol base, tutor pedagógico y profesor titulado.

"Estoy con ellos todos los días para cualquier ayuda o consulta que puedan necesitar los chicos", dijo Fernando Rodríguez, que trata con niños de hasta quince años.

Entre los alumnos futbolistas hay también niños extranjeros, de Etiopía, Marruecos o Argelia, para los que el taller supone un valor añadido para su integración.

Este proyecto educativo y deportivo permite que los chicos, según su horario de entrenamientos en la Ciudad Deportiva de Santo Domingo, estudien antes o después de jugar al fútbol.

Adolfo Sánchez, director técnico del fútbol base del Alcorcón, explica el origen y la finalidad de este proyecto que terminará su primera temporada en junio de 2016, con el fin de las clases escolares y el inicio de las vacaciones de verano.

"Este proyecto nace de la intención que tenemos de fomentar la educación dentro de los deportistas, ya que intentamos crear un ambiente de compañerismo y trabajo en equipo. Los chicos vienen a hacer sus tareas del colegio antes y después de sus entrenamientos y tienen la posibilidad de intercambiar contenidos con otros compañeros que puedan estar en el mismo curso que ellos, aunque estén en otro colegio", confesó Adolfo Sánchez.

Algunos futbolistas del primer equipo del Alcorcón se han interesado por este proyecto, como es el caso del lateral derecho guipuzcoano Mikel Iribas, que cumple su tercera temporada en el club y recientemente visitó a los chicos que cada tarde se dan cita en Santo Domingo.

"Cuando fui a la universidad a estudiar Empresariales me eligieron para jugar en la Real Sociedad B. La gente me decía que si jugaba al fútbol no podía estudiar y yo pensaba que sí se podía. No era fácil, porque muchas veces no podías ir a clase, pero decidí compaginarlo y buscaba los medios para poder llevarlo a cabo", comenta Iribas, que tras pasar por el filial donostiarra fichó por el Mirandés en 2008.

"Tuve una situación difícil, me tuve que cambiar de universidad y no conocía a ningún compañero para que me pasara los apuntes. Tenía que hablar con los profesores. Era una situación delicada y en ese momento lo fácil hubiera sido dejar los estudios, pero aunque juegues en Primera el fútbol es muy corto y por muchas causas puede truncarse tu carrera y te quedas sin nada", opina.

Iribas, que terminó licenciándose en Empresariales, también ha seguido estudiando posteriormente, aunque en especialidades más relacionadas con su profesión, como son los cursos de entrenador y director deportivo.

La figura de Iribas, la de un futbolista con estudios superiores, no es la más común en el mundo del fútbol, por ello desde el club alfarero se incide mucho en una labor de formación que esperan perdure en el tiempo para que deporte y estudios no se desliguen y esos chicos que cada fin de semana visten la camiseta amarilla también acaben cursando una carrera universitaria o formándose en un oficio.