No pudo ser. Todo invitaba a que fuera este domingo, pero tendrá que ser consumado el próximo fin de semana, en campo del Lille, precisamente. El equipo de Tuchel pinchó en el momento menos oportuno.
Aunque tampoco parecía el técnico alemán con muchas ganas de anticipar el alirón, puesto que apostó por varios cambios extraños en el once, como la suplencia de Mbappé.
En su lugar jugó Choupo-Moting, que iba para estrella de la noche pero acabó siendo protagonista por lo contrario.
Fue él quien abrió el marcador, muy pronto. Dagba se internó por su banda y le cedió el honor del gol del título al alemán de origen camerunés. Con la izquierda, aprovechando también la mala defensa del Estrasburgo, firmó el 1-0.
Sin embargo, la alegría se convirtió en pesadilla. Da Costa, 13 después, empezó a aguar la noche. Una maravillosa contra acabó con pase de Carole para el caboverdiano, que sorteó a Buffon para igualar.
Antes de que Gonçalves lograr el gol de la noche, con un misil lleno de efecto desde la frontal, llegó una de las jugadas más absurdas. Ya no solo de la Ligue 1, sino de la historia del fútbol.
Cuando Nkuku superó al guardameta picándole el balón, sobre la misma línea de gol Choupo-Moting metió la pierna para despejar en lugar de empujar un tanto que, de todos modos, no necesitaba de su intervención para que hubiera llevado el 2-1 al electrónico.
Otros bríos
Se marchó perdiendo al descanso, así que tocaba remontada. Para ello, Tuchel, que acabó viendo el choque en la grada por su expulsión, tiró de Mbappé para la última media hora.
Fue Kehrer, no obstante, quien alumbró la hombrada a diez minutos del final. A la salida de un córner, el alemán emergió bien en la frontal del área pequeña para cabecear al segundo palo el servicio de Draxler.
La épica pudo haberse dado. En el tiempo de añadido, tanto Dani Alves como Mbappé tuvieron un disparo dentro del área para haber puesto el 3-2. Pero no era el día de los alirones en Europa.