Lucas Vázquez volvió a aparecer al rescate del Real Madrid en el último minuto del añadido, con un penalti que ha provocado las dudas de muchos, pero que permitió al conjunto blanco alcanzar las semifinales de la Champions League.
El canterano ha sido una de las grandes aportaciones del banquillo del conjunto blanco en estos dos últimos años y medio. Desde que retornó del Espanyol a cambio de un millón de euros, ha sido uno de los jugadores más utilizados sin necesidad de ser titular.
Zidane confía muchísimo en él y ha adelantado en protagonismo a jugadores como Bale o el propio Benzema. Además, es uno de los mejores socios de Cristiano Ronaldo, al que le ha repartido ya bastantes asistencias desde que se asentó en el primer equipo del conjunto blanco.
Esta temporada ya lleva 8 goles y 11 asistencias, sus mejores registros, ya no sólo en el Real Madrid, sino en su carrera. Aún le queda temporada por delante, pero su aportación está resultando determinante para que el conjunto blanco mantenga intactas sus opciones de lograr la Champions por tercera temporada consecutiva.
En ese sentido, Lucas se ha convertido en una especie de talismán, una solución más que eficaz que le da al banquillo madridista un matiz infinitamente más peligroso que el de otros equipos. Algo así como lo que era Pedro en el Barcelona de Guardiola, una respuesta a los problemas que planteaba el partido y un buen clavo al que agarrarse para voltear una solución complicada. Sin duda, dos ángeles de la guarda a los que sus técnicos le deben mucho.