Una señora goleada para dar miedo a los rivales y confianza a los de Emery. Poco tiempo tardó el Arsenal en encarrilar el duelo, aunque los visitantes dieron un susto momentáneo y se conectaron al partido.
Mesut Özil salió con hambre y esta fue saciada a los cuatro minutos de juego, después de que recibiera un envío de Kolasinac y definiera con su habitual clase. Un mago estratosférico que tiene en el Bournemouth su víctima preferida (tres goles).
La superioridad era palpable, a pesar de que los de Eddie Howe mantuvieran la posesión en algunas fases del encuentro. En el 27' de juego, un error descomunal de Fraser acabó en combinación letal de Özil con el goleador Mkhitaryan.
No era el partido de las defensas. Mousset, a la media hora, recortó distancias en el marcador tras aprovechar una mala salida de balón. Tras el paso por vestuarios sería cuando los 'gunners' matarían el choque.
El Arsenal estaba en su salsa y los 'jugones' tocaban como querían. En una acción rápida, Koscielny se sumó al ataque y la fiesta londinense para poner el 3-1 en el electrónico.
No se acabaría ahí las ganas de fiesta de los de Emery, que vio cómo los suyos ejecutaban su jugada preferida. Robo y contragolpe estelar culminado por una bala llamada Aubameyang.
Lacazette se encargaría de ponerle la guinda al encuentro con el 5-1. El Arsenal no perdona y espera aprovechar el duro compromiso de este miércoles entre Chelsea y Tottenham.
En el otro partido de las 20.45 horas, el Southampton se impuso con contundencia a un Fulham con graves problemas gracias a dos tantos en la primera mitad, uno de Oriol Romeu y otro de Ward-Prowse.