Todo el mundo esperaba una final entre Lyon y PSG, pero el primero de los favoritos no cumplió con los pronósticos en esta Copa de Francia.
Y es que el Olympique de Lyon cayó derrotado por 2-3 ante el Rennes en un duelo en el que la pegada visitante fue una losa muy pesada para el equipo del Ródano.
Ambos equipos salieron muy enchufados, conscientes de que el pase a la gran final de la Copa de Francia estaba en juego.
Los primeros avisos fueron del Rennes, que rondaba peligrosamente la meta de Lopes en el tramo inicial, aunque pronto se sacudió el Lyon el dominio inicial.
Fekir, antes de cumplirse el minuto diez, lo probó desde lejos, aunque sin problemas para un Koubek que estuvo bastante tranquilo durante la primera parte del duelo.
El partido, tras 15 minutos bastante intensos, decayó en ritmo y pareció dormirse hasta que a pocos minutos del descanso Niang ponía el 0-1 tras anticiparse en el área pequeña a Marcelo.
El tanto llegó en un momento psicológico, pero aun así el cuadro de Bruno Génésio no se vino abajo y salió muy enchufado en el segundo tiempo.
De hecho, en el 47', Traoré empataría el duelo con un zurdazo desde el interior del área que llevó el júbilo a la grada. Sin embargo, la alegría iba a durar poco.
Y es que en el 55' el Rennes volvería a adelantarse gracias a un cabezazo de Benjamin André a la salida de un saque de esquina.
Los nervios se apoderaron del Lyon, que veía comos e le escapaba la final con el paso de los minutos, pero en el 75' volverían las tablas con un gol de Dembélé de penalti.
Pese a la alegría del 2-2, el Rennes volvería a golpear casi de inmediato y Bensebaini, con un derechazo inesperado desde la frontal, pondría el definitivo 2-3 en el 81'.
Ahora, el Rennes espera rival en la gran final, que saldrá de la otra semifinal entre Nantes y PSG, con el conjunto capitalino como claro favorito.