El hecho de que el Chelsea no pudiese viajar a España, debido a las restricciones sanitarias por el COVID-19, ha obligado a buscar un cambio de escenario para el partido del Atlético de Madrid.
Más allá de lo que supone el propio hecho de no jugar en casa, el club rojiblanco se tendrá que hacer cargo de todos los gastos extras correspondientes a desplazamiento, hotel y estadio.
La suma total, informó 'El Mundo', asciende a 200.000 euros. Una factura mucho más alta que la que hubiese supuesto jugar en el Wanda Metropolitano, pues estimó que el precio hubiese sido de 10.000 euros.
El propio Enrique Cerezo, en 'Onda Cero', se resignó con el hecho de tener que jugar en Bucarest y que la FIFA no se hiciese cargo de ninguno de los gastos extra, más aún cuando el Chelsea sí jugará en casa su compromiso.
La plantilla apunta al tema deportivo y evoca el recuerdo de la final de la Europa League en Bucarest, el primero de los siete títulos 'colchoneros' desde la llegada de Diego Pablo Simeone.
Es la segunda vez, recordó 'Mundo Deportivo', que el Atlético juega como local fuera de España. La anterior ocasión fue en 1962, frente al Carl Zeiss. El cuadro de la República Democrática Alemana no pudo viajar a España por motivos políticos y el choque se jugó en Suecia, con 4-0 a favor de los rojiblancos.