El Barça arrancó el nuevo año con un triunfo importante en esa guerra particular que libra consigo mismo y con LaLiga y que aún debe definir. Ya no se sabe bien si los azulgranas podrán pelear el título a un Atlético que volvió a ganar este domingo o tendrán que conformarse con la clasificación a la Champions. Esta continuaron asegurándola con la victoria en El Alcoraz, donde la SD Huesca, un rival que merece más puntos de los que tiene, prácticamente no compareció.
Abandonó Koeman el experimento de la defensa de tres y el Barça se sintió más cómodo con el 4-2-3-1 que el técnico está intentando imponer casi a la fuerza. Los azulgranas salieron enchufados y con una batería de ocasiones que auguraban un triunfo cómodo ante el colista. Pero este Barcelona no tiene un día tranquilo ni en sus mejores noches. Donde antes había una efectividad brutal, ahora hay una sequía anotadora preocupante. Este Barça necesita ocasiones y más ocasiones para marcar y en Huesca quedó claro.
Del lamento a De Jong
La imagen del entrenador azulgrana lamentándose por la ocasión fallada de uno de sus pupilos se está convirtiendo en recurrente. A Koeman se le torció el gesto por dos acciones de Pedri que en otras ocasiones hubieran puesto 0-2 arriba al Barça. Debe mejorar en la suerte del gol el tinerfeño, tan aseado en todas las otras áreas de este deporte.
También Dembélé le vio las orejas al lobo y salió muy enchufado. Griezmann fue el sentenciado en esta ocasión por Koeman, aunque todas las papeletas para quedarse fuera ante el Athletic las tiene Braithwaite, que estuvo entre inoperante y horrible. Dembélé se asoció bien con Messi y también apareció Jordi Alba, que falló un gol cantado en un barullo en el área oscense.
Parecía increíble que el choque siguiera 0-0, pero la igualdad no iba a dudar mucho tiempo más. Messi, demasiado solo, le puso un caramelo a De Jong, que apareció donde le reclaman los 'culés'. Gran desmarque y remate de primeras a la red para el 0-1.
Pasaban los minutos y la SD Huesca no era capaz de acercarse hasta el área de Ter Stegen. Ni rastro de la pelea de Rafa Mir o de la voluntad y calidad de Sergio Gómez y Ontiveros. En cambio, Messi pareció volver a entonarse con dos golpes francos que estuvieron cerca del gol. Mientras que al primero reaccionó Álvaro con la parada de la noche, el segundo se fue por arriba por muy poco.
A Koeman le entra el miedo
Tras una gran primera parte, existía el miedo de que el Barça reeditase errores como los de Cádiz o Getafe. Pero nada más lejos. Los azulgranas buscaron el tanto durante gran parte del segundo tiempo. Y siguieron fallando de forma sangrante. Siovas sacó un mano a mano de Dembélé con Álvaro que se colaba, Messi y el galo remataron desviado...
El choque se pareció un tanto al que el Barça firmó en Zorrilla en el dominio abrumador de los 'culés'. Pedri dejó de nuevo solo a Messi, pero Álvaro Fernández se encargó de evitar el 0-2 con una gran parada de balonmano en la acción que casi puso fin a las ocasiones azulgranas.
Tras tanto perdonar, la SD Huesca se vio con posibilidades en el partido y Ter Stegen tuvo que aparecer en un saque de esquina para salvar el empate de Rafa Mir en un taconazo que salió demasiado flojo de la bota del atacante.
Quedaban apenas 20 minutos y Míchel puso toda la carne en el asador. Dio la sensación de que el plan del técnico era el de aguantar con un resultado cerrado y apretar al final, pero tampoco le salió bien.
Koeman, que ya ha demostrado más veces que no le tiembla el pulso a la hora de retirar atacantes para reforzar al equipo atrás, reaccionó. Y no hubo mucho más partido, pues el Barça, un tanto a la italiana, contuvo bien a su rival y se llevó tres puntos en una semana que se antoja decisiva para definir bien a qué aspira el equipo en esta campaña. Por sensaciones, a lo que quiera; por efectividad, a ir a la Champions y gracias...