Las reducidas dimensiones del campo, la superficie de hierba artificial en la que se jugará la eliminatoria y el apoyo incondicional de los seguidores de la UD Ibiza son factores en los que se impulsa el sueño de los ibicencos.
La visita del Barça ha convulsionado la isla pitiusa, mucho más acostumbrada al ruido y la intensidad de sus veranos que a la pasión por un partido de fútbol.
Se han habilitado gradas supletorias para ampliar el aforo del campo de 4.500 a 6.445 espectadores, habrá un refuerzo y servicios extraordinarios en el transporte público, una pantalla gigante para los que no puedan acceder al campo, y se ha mejorado el alumbrado con el objetivo de garantizar la calidad de la retransmisión televisiva del encuentro.
El estadio presentará un lleno histórico para el partido más importante de la temnporada. Las 7.000 entradas que se pusieron al principio a la venta se agotaron en escasas horas. Todo apunta a que habrá un ambiente sensacional, a la espera de saber si viaja Messi.