El Barcelona ya tiene un título en sus vitrinas de este año, pero el proyecto 2.0 de Ernesto Valverde es una versión beta de lo que debe llegar a ser. Su verdad liguera comenzará el sábado, su medida auténtica aún tardará en llegar. Mientras, atracones de goles como los del Gamper no le vienen mal.
La presentación en casa demostró, al mismo tiempo, lo que puede llegar a ser y que aún hay que limar las piezas y el sistema. La medida potencial ilusiona. Malcom y sus arabescos, con un ADN muy Barça, puede convertirse en ese extremo de ambas bandas que rompa defensas. El primer tanto en el Camp Nou de este curso llevó su nombre... y el apellido de Andrada, flojo a la hora de acometer el despeje.
Entre lo real y lo potencial, siempre la correa de Messi. Es el comodín los días malos, y el ejecutor en los buenos. Se le vio animoso, quien sabe si porque había unos 10.000 argentinos en el Camp Nou. Con él todo es posible, como ocurrió en el 2-0: desde una pared con un defensa hasta una sutil vaselina al portero en estático.
Un gol clonado y mejorado
Ese fue el primero de los golazos. El de Rafinha, con trazas similares y ya en la segunda mitad, gustó más. Porque la pared fue con Luis Suárez. Y porque definió después de controlar en el pecho y tirarle un sombrero a Andrada, que acabó el partido con tortícolis.
Los juicios al Barcelona tardarán en llegar. El Gamper, desde luego, no lo era. Menos aún en plena resaca feliz tras haber levantado la Supercopa. Pero la lupa sobre los nuevos era inevitable. Ninguno se abrazó a la continuidad, pero sigue siendo el Malcom el que deja mejores destellos. Y si Dembélé convenció en la Supercopa a los que creen que debe seguir, ante Boca bajó un par de escalones.
Y aunque Coutinho ya juega sin el precinto, sus pasos aún son iniciales. Eso sí, el cuajo que empieza a demostrar convence. Se le ve sentirse poderoso, justo lo que necesita Messi para descargar responsabilidades.
Pero aún es verano. Por eso Riqui Puig pudo seguir ilusionándose con minutos de calidad en la segunda parte. Lo seguirá siendo el sábado contra el Alavés. De Valverde depende que los Lenglet, Malcom y Arthur sean puntales de verdad en Liga y Champions, la que ya avanzó Messi en la presentación previa al Gamper que tiene entre ceja y ceja.