El mundo del fútbol se mueve para encajar del mejor modo posible la crisis derivada del parón por el coronavirus. Rebajas salariales y ERTE son las medidas más comunes mientras desde los organismos y federaciones se asegura que se podrá acabar la temporada... porque es la única manera de garantizar su supervivencia.
No es solo una cuestión que afecte a los clubes humildes. Un gigante como el FC Barcelona estaría en un serio problema si no se puede finalizar la presente campaña, ya que las pérdidas dejarían severamente tocadas las cuentas del club si no surten efecto sus medidas de prevención.
Como desgrana 'Marca' este domingo, el agujero económico al que se enfrenta la entidad azulgrana superaría los 100 millones de euros, un 10% del total del presupuesto del club para esta temporada.
Dentro de esta cuenta entran lo que el Barça dejaría de ingresar por las entradas de los partidos, los premios de la UEFA por su papel en la Champions, los derechos de televisión que aún no se han cobrado, los ingresos del museo del Camp Nou y el dinero por la venta de entradas. Un batiburrillo que desemboca en un boquete importante.
En materia de derechos televisivos, los 'culés' ya han recibido el 85% de estos. Faltarían unos 25 millones, además de otras cantidades que da la UEFA por la Champions.
Respecto a partidos, si se suspenden LaLiga y la Champions, el Barça podría quedarse sin algo más de 26 millones de euros, a los que se añade la recaudación de entradas, que también se perdería si se puede continuar, pero a puerta cerrada.
Por otra parte, en esa lista entran conceptos que no dependen tanto de la renaudación de las competiciones como de la normalidad del día a día; que los ciudadanos vuelvan a moverse libremente y se recupere el turismo. Hablamos del 'merchandasing', los ingresos del museo y la recaudación de las escuelas de fútbol cerradas alrededor del mundo. Nada más que por las visitas al Camp Nou, el Barça podría perder unos 15 millones.
Los responsables financieros del Barcelona se manejan en estos datos, por lo que ya se han movido con ese ERTE que aún está por cerrar. La intención es reducir un 70% los ingresos de los jugadores, con los que se ahorrarían unos 106 millones de euros. Suficiente para cuadrar las cuentas en caso de desastre.