Arrancó el cuadro 'armero' con personalidad, queriendo asumir el protagonismo de un encuentro que no tardó el Betis en templar, enseñando los dientes a un Dmitrovic demasiado desprotegido por sus compañeros.
Inusitada sensibilidad del equipo de Mendilibar, exhibiendo fisuras a un Setién que buscaba su cuarta victoria consecutiva para cultivar el sueño europeo ante una afición entregada para la causa.
Avisó Tello, Bartra intentó emular a Cristiano Ronaldo y Sergio León ejecutó al Eibar con insultante facilidad. El delantero verdiblanco aprovechó un desajuste de la zaga 'armera' para abrir el marcador.
Del golpeo con el exterior de la puntera nació el dominio del Betis, que olió los complejos de su rival para explotarlos y, sin necesidad de tener el balón, infundía miedo sobre el Benito Villamarín.
Sin profundidad, el Eibar se convirtió en un equipo demasiado previsible, cómodo de defender y fácil de atacar. Perdonó Sergio León el segundo y Dani Giménez tuvo que emplearse a fondo en su primer día en el puesto de Adán.
Tras el descanso, el conjunto 'armero' intentó reaccionar, pero la timidez de los de Mendilibar se diluyó entre la confianza de un Betis espoleado por su afición, que estalló tras el gol en propia puerta de Arbilla.
El 2-0 fue una losa imposible de levantar para un Eibar sin sino, donde ni Orellana ni Pedro León consiguieron hacerse con las riendas del juego para buscar la portería rival para lograr un tanto que le metiera en el partido.
Ni siquiera la idea de convertir el partido en un correcalles dio alas a los vascos, que no llegaban a la orilla de Dani Giménez mientras achicaban agua a marchas forzadas en la portería de Dmitrovic.
Carrusel de cambios y fallos de Rubén Castro después, el árbitro señaló el final de un encuentro que sirve al Betis para seguir soñando con la Europa League tras barrer al Eibar en el Benito Villamarín.