Como un indio se llevó la mano a la boca Canales y gritó con toda la grada para celebrar el gol que acabó derribando a una tribu a la que no asaltaban desde septiembre. El Atlético volvió a perder otra oportunidad de acercarse a LaLiga y al Barcelona, que le dejó ponerse a tres puntos y, al final, acabó ganando un punto de diferencia. Todos sumaron y cabizbajos se fueron los del 'Cholo'.
Fue con Gregorio Manzano cuando el Betis barrió por última vez al Atlético y jamás lo había hecho con Simeone en el banquillo hasta un domingo lleno de emoción, trabajo y sacrificio. Setién pobló el centro del campo y dejó a jugadores habituales en el banco, sorprendiendo con Kaptoum. Por el otro lado del ring, Simeone hizo debutar a un Morata que se fue con suspenso y que dejó mucho que desear.
Y, como no, Oblak empezó salvando. El esloveno cogió la pista de despegue y voló para evitar que el disparo de Feddal se colara dentro. El candado lo echaron ambos equipos hasta que un error demasiado vistoso decantó la balanza.
Con la misma medicina le dio el Betis al Atlético, que lo intentó absolutamente todo, como ese contorsionista que busca escaparse de alguna atadura. Eso fue el Betis, un entramado difícil de descifrar en noventa minutos.
Morata se montó en la moto para tejer una contra rápida que no llegó a crear peligro. El ex del Chelsea abandonó el Villamarín con un disparo manso en una primera mitad que tuvo momentos de bajón y de descargas eléctricas.
El VAR y una mano infantil
Como dos contrincantes que guardaron fuerzas, el segundo asalta fue demoledor para unos y feliz para otros. Griezmann no conectó bien con el cuero antes de que Morata cayera en el área al ser derribado por Feddal.
Los jugadores del Atlético se comieron al colegiado, que no vio penalti a pesar de que el defensa verdiblanco tocó primero la pierna del madrileño. El VAR entró acción y tampoco puso ese punto de justicia.
Simeone quemó todas las naves e hizo que su ejército diera varios pasos hacia adelante al mismo tiempo que el Betis aguantó haciendo la típica formación tortuga, esperando un hueco por el que atacar.
El balón cayó llovido y le dio a Filipe Luis en la mano, siendo el regalo que terminó abriendo Canales. Disparo a la izquierda de Oblak y abajo que se fue todo el Benito Villamarín. El duelo estaba para una acción puntual y así fue.
El Betis logró meterse en puestos europeos en un ejercicio de tensión, concentración y excesivo trabajo para rajar el colchón que perdió el Atlético. Esto es LaLiga.