El ahora llamado The American Express Community Stadium tuvo mucho de circo. Salvo una expulsión, prácticamente no faltó nada de lo que condimenta el fútbol. Eso sí, las sonrisas se la quedaron los locales.
Ganó el Brighton, que empezó venciendo, se vio con el panorama negro a 15 del final y acabó dándole la vuelta a la remontada previa que había conseguido el cuadro de Goodison. Casi nada.
Todo comenzó con el genial tanto de Gross al cuarto de hora. En una falta en la frontal, optó por sorprender con un fuerte chut al palo del portero. No se lo esperaba Pickford, que vio entrar el obús a la red.
Los de Marco Silva no tardaron en reaccionar. Richarlison igualó la contienda cinco minutos después con un cabezazo, aunque fue adjudicado a Webster en propia puerta tras tocar la bola.
El 1-1 al descanso fue un gran entremés para los tres goles que deparó el tramo final. Calvert-Lewin daba un gran respiro aprovechando con un tiro dentro del área ante Ryan.
Pero quedaba lo mejor. Tras intensa deliberación con el VAR, finalmente se consideró penalti la acción de Keane ante Connolly. Maupay no lo desaprovechó e igualó a diez minutos para el final.
La euforia estalló en la grada en el inicio del añadido, cuando Lucas Digne, que había asistido en el 1-1, terminó haciendo hincar la rodilla a los suyos; desvió a gol un centro de Trossard y tuvo justicia poética tras la derrota en el 94' la semana anterior en Villa Park.