El equipo de Turf Moor solo tuvo que encargarse de esperar los dos autogoles que se marcó el Fulham de Claudio Ranieri y defender el resultado en un partido cuyas estadísticas quedarán para el recuerdo.
El resultado fue de 2-1 y la cantidad de disparos a puerta del Burnley, 0. Sí dispararon 11 veces fuera de los tres palos, pero el Fulham ensayó 12 disparos y mandó cuatro a la portería rival. Pese a todo, ganó el Burnley.
Y eso que fue el Fulham el equipo que abrió la lata gracias a un gol de Schürrle en el minuto 2. 18 minutos después, el propio Fulham empató con un autogol de Bryan y Odoi, en el 23', con otro tanto en propia, puso el definitivo 2-1.
El marcador no volvió a moverse y el Fulham se volvió a casa con las manos vacías pese a haber marcado todos los goles del partido (aunque dos de ellos en la portería equivocada). Los tres puntos fueron de oro para el Burnley, que ya es decimoquinto y se aleja del descenso.