Anduva tiene algo. Ese algo, la temporada pasada, lo convirtió en fortín y, en esta, va camino de lo mismo. Tercera victoria consecutiva del Mirandés en casa, esta vez a costa del Cartagena. Más ímpetu que acierto en el equipo de Borja Jiménez, que acabó con uno menos.
No es que el triunfo 'jabato' fuera uno de esos en los que un equipo domina todo el partido. Se basó más bien en la efectividad. En el primer disparo a puerta, Berrocal marcó de cabeza gracias a la pasividad defensiva rival. Hasta entonces, parecía que jugaba mejor el 'efesé'.
El problema era que Víctor Gómez -dio la asistencia del primer tanto, por cierto- le estaba amargando la vida a Elady, el más activo, por su carril. Rubén Castro no terminaba de aparecer, Simón Moreno era intrascendente, Carrasquilla aportaba calidad y Nacho Gil, centros. Nada servía. La zaga local era sólida y no echaba de menos a Vivian, que fue suplente.
Un central como él le habría venido de perlas al Cartagena. Por mucho que insistiera arriba -dos palos en un minuto hubo antes del descanso, uno de Clavería y otro de Elady-, de poco valía si, en cuanto el Mirandés llegaba con peligro, marcaba o estaba cerca de hacerlo.
De ahí que el lavado de cara que le dio José Alberto a los suyos para el inicio de la segunda mitad fuera tan efectivo. Un jugadón, probablemente el más bonito de la temporada hasta ahora, entre Iván Martín, Nico Jackson y Sergio Moreno valió por el 2-0, y un punterazo de Iván Martín prácticamente en la siguiente jugada, por el 3-0.
No por ello el 'efesé' iba a parar de apretar arriba como estuvo haciendo todo el partido, aunque intermitentemente. Elady marcó a la media vuelta en el área y Rubén Castro la tuvo para dar el pistoletazo de salida a una remontada en el tramo final, pero falló de penalti, Andújar fue expulsado por segunda amarilla y Jirka sentenció a la contra en el tiempo añadido. Anduva es una trampa.