Nada por aquí, nada por allá. En Varsovia, el Shakhtar Donetsk y el Celtic empataron 1-1 en la segunda fecha del grupo F. Los ucranianos llegaron al duelo muy motivados tras la goleada 1-4 al RB Leipzig, mientras que los escoceses venían de perder 0-3 contra el Real Madrid. Con este marcador, los visitantes sumaron su primer punto en Champions League, mientras que el que hizo local en Polonia suma cuatro de seis posibles.
La falta de puntería dejó sin el premio merecido al Celtic ante el Shakhtar, casi siempre superado, en un duelo que necesitaba sacar adelante el conjunto escocés y que dejó conforme al representante ucraniano, que sigue con los cálculos intactos en la competición continental.
El conjunto de Donetsk, con cuatro puntos, sigue con sus aspiraciones intactas. No ha perdido todavía, mientras el Celtic, que sumó su primer punto, no conoce el triunfo en los dos choques que ha disputado. Lo tuvo en la mano en esta segunda jornada.
Los escoceses sorprendieron con una puesta en escena atrevida, con una presión alta, decidida, que encajonó a su rival. Había más necesidad en el cuadro escocés después de perder en la primera jornada con el Real Madrid. Todo lo contrario que el Shakhtar que, después de golear al RB Leipzig en Alemania, tuvo que asumir la condición de local en Varsovia, imposibilitado a disponer de su estadio por la invasión de Rusia.
Resistió como pudo el cuadro ucraniano al empuje del Celtic que contó con un disparo del japonés Kyogo Furuhashi a los dos minutos que desvió con el pie el meta Anatolii Trubin.
Pero no pudo evitar el equipo de Igor Jovicevic el tanto que puso por delante a los visitantes. Llegó en el once, en un despeje sin destino de un defensa del Celtic y que recogió el croata Sead Haksabanovic. El balcánico envió un buen centro al japonés Reo Hatate que irrumpió desde atrás y ejecutó un tiro cruzado que desvió a su portería Artem Bondarenko.
La ventaja había podido ser mayor para la visita, errático en los últimos metros. En cuanto bajó la intensidad escocesa, el Shakhtar se estiró. Empezó el equipo local a deslizar el fútbol que le gusta. Rápido, al espacio, con el factor sorpresa de su lado.
Y en una de ellas consiguió el empate. No pudo controlar Callum McGregor y lo aprovechó Heorhii Sudakov para avanzar unos metros y dar un centro al hueco a Mykhailo Mudryk que no falló y batió a Joe Hart. Máxima eficacia local. Su primer ataque serio acabó en gol.
El tanto animó al Shakhtar que cambió el guion y se hizo con el partido. El Celtic sufrió ese tramo, aunque recuperó el pulso al inicio de la segunda mitad, conducido por el entusiasmo y la velocidad del portugués Jota, que dejó en evidencia varias veces a la zaga ucraniana y que obligó a intervenir al meta Anatolli Trubin.
El ritmo decayó paulatinamente. No perdió el dominio la visita, más cautelosa para evitar pérdidas y transiciones de su rival, pero sin ideas en los metros finales para encontrar el triunfo.
Pudo llegar a cinco del final cuando el griego Giorgios Giakoumakis recibió la pelota en el punto de penalti. Estaba solo, la paró y lanzó, pero incomprensiblemente, el balón se marchó desviado. Incluso tuvo otra en el 89 que no llegó a culminar el japonés Deizen Maeda.
No se dio el caso y el Celtic se marchó de Varsovia con la sensación de haber perdido una buena oportunidad en un choque relevante para la continuidad europea. Si no en la Champions, sí en la Europa League.