Sin Silva ni Agüero, el City despachó sin problemas a un Bournemouth que apenas pudo oponer resistencia a las puñaladas de Bruyne, Iheanacho, Sterling y Gundogan.
El belga, además de abrir la lata, cogió el testigo de Silva y comandó las operaciones ofensivas de los 'citizens'. De Bruyne, por el centro, fue un martirio para el conjunto de Howe.
El 4-0 definitivo ejemplifica la distancia que a día de hoy existe entre el City y casi todos los equipos de la Premier. El marcador no fue más abultado porque Boruc lo impidió.
El City, además, demostró su versatilidad. Apenas necesitó toques para generar ocasiones. Con los 'pequeños' en ataque, los de Manchester atacaban como avispas.
De Bryune abrió el marcador de falta e Iheanacho embocó una asistencia de Sterling para hacer el 2-0 antes del descanso. Un tanto de contragolpe que se repitó nada más arrancar la segunda mitad. Lo firmó el inglés.
La goleada la cerró Gundogan, gran novedad en el once. La asistencia fue una 'delicatessen' de De Bruyne, que festeja como pocos la llegada de Guardiola. Ni la evitable expulsión de Nolito empaña el momento feliz del City de Pep.