Osasuna ya se veía colíder de la Liga, al menos, por una noche. Pero la cena se le acabó indigestando por el postre que tenía guardado Montoro, una 'delicatessen' desde 35 metros en el 90' que repartió los puntos en El Sadar cuando los locales ya estaban con uno menos. Y al final, ese último bocado le hizo olvidarse, por ahora, de esa escalada a la cima de la Liga.
No fue el mejor partido de un equipo 'rojillo' que, sin embargo, tuvo controlado al Granada. Robert Moreno sigue sin dar con la tecla y presentó un once que no supo darle trabajo a Sergio Herrera en casi todo el choque. Los de Arrasate, sin alardes, al menos tuvieron más balón y las ideas más claras que su rival.
Y eso que fueron los nazaríes los que avisarían primero. Quini se atrevió a asomarse en ataque y sacó un zurdazo desde la frontal que se marchó alto. Acto seguido, respondió Osasuna en una jugada que bien pudo acabar en gol. Pero Ávila no vio a Rubén García, con mejor inercia, y remató delante de su compañero sin apenas impulso un balón que murió en las manos de Maximiano.
El encuentro no tuvo demasiadas acciones de peligro, aunque sí ritmo. En el 25', se rompió la dinámica tranquila que había conquistado El Sadar con una salida de Herrera fuera del área. Sacó rápido el Granada y el portero, que llegaba volviendo a la meta, tuvo que meter la mano para evitar que el tiro lejano de Rochina se colara en la meta.
En el 34', el 'Chimy' Ávila avisó desde fuera del área con un zurdazo ajustado al palo que atrapó bien el meta visitante. Parecía la advertencia previa al mazazo que, en el 45', sí que encontraría red. El '9' cazó en el área un balón desviado por la defensa de un tiro anterior. No se lo pensó demasiado: dos toques para acomodarlo y uno para, con violencia, batir a Maximiano.
Así llegó el descanso, con El Sadar enloquecido porque su equipo, en ese momento, era colíder de la Liga. Sabían los aficionados 'rojillos' que quizá era un premio excesivo el tanto, aunque también eran conscientes de que, de merecerlo alguien, probablemente serían los navarros.
Muy poco del Granada... hasta la roja y el empate
El Granada dejó muy poco en todo el partido. Y no sería diferente tras el descanso. Osasuna supo controlar el juego y ponerle el 'tempo' que quiso al partido ante un impotente rival. Arrancó con fuerza el equipo local, que forzó dos córneres y encontró en el remate alto de Oier el primer aviso de la reanudación.
En el 60', Abram salvó casi sin querer un trallazo de Roberto Torres. Tras un mal rechace del propio central peruano, el jugador de Osasuna se sacó un cañonazo que fue a parar a la cabeza del defensa.
Arraste meneó el banquillo y casi encuentra un premio inmediato. Moncayola remató de primeras una gran dejada de Kike García, ambos recién incorporados al choque, que se fue fuera con gran violencia. El Sadar disfrutaba, Osasuna llegaba y no parecía peligrar el triunfo... hasta que llegó la roja que lo cambió todo.
En el 74', un contragolpe iba a dejar solo a Luis Suárez ante Sergio Herrera. Justo antes de pisar área, Cote le agarró y se ganó la expulsión. Con algo menos de 20 minutos por delante, el cuadro cambiaba mucho y daba alas a un equipo muerto hasta entonces.
En esa falta, Sergio Herrera sacó una buena mano abajo, pegada al palo, para mandar a córner el zurdazo de Rochina, siempre peligroso en esos menesteres. Fue el único aviso de los nazaríes hasta el gol. Ni ante diez supo carburar y hacer temer a su rival el equipo de Los Cármenes.
Pero en el 90', Montoro ofreció el postre para que le sentase mal la cena de colíder a Osasuna. Desde unos 35 metros, vio adelantado a Herrera y le mandó un sutil golpeo que superó al meta y cayó como una bomba en la portería 'rojilla'. 1-1 sin casi tiempo para responder.
El punto deja a los navarros segundos con 18 puntos, a dos de la Real y con uno más (y dos partidos más) que Madrid, Sevilla y Atlético. Por su parte, el Granada suma su séptimo punto del cueso y se queda cuarto por la cola con dos más que el Levante, ya en zona de descenso.